MONTAÑA MÁGICA: Ascenso hacía Pico Naiguatá | Primera cumbre 2018

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Atardecer visto el sábado 20 de enero 6:20pm hora de Venezuela.

El Cerro el Avila en Caracas Venezuela es, para muchos, un templo sagrado. Para mí es ése lugar en el que me refugio cuando el ruido de la ciudad me aturde, cuando el calor de la metrópolis me sofoca. Entonces, agarro mi mochila, mi tienda de camping, unos abrigos, mi aislante, una cocinilla y me dispongo a subir a mi templo a buscar paz. A escuchar el silencio de la montaña, a sentir cómo el frío entra por mis venas y me hace retumbar todo el cuerpo.

Subo para admirar la poesía mística y natural que se compone del blanco de las nubes y el verdor de las cumbres rozando en un baile lento. Para admirar la lluvia de estrellas y recordar que somos un grano de arena en un inmenso desierto. Para recordar que nuestra presencia es pasajera, pues nosotros nos iremos, pero la montaña se queda.

Tengo como tradición anual, hacer una cumbre al pico más alto de la Cordillera de la Costa venezolana, el Pico Naiguatá con 2.765msnm. Y este año no fue la excepción. El ascenso lo hicimos a los 20 días del mes de enero y la montaña generosa posó para el lente de mi cámara: Nikkon COOLPIX L810

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La flora del Pico Goering, vía hacia Pico Naiguatá.

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El silencio, la paz y la estela del avión...

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Formación rocosa: Platos del Diablo

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Un vistazo a la flora. Al fondo el Pico Oriental con 2.640msnm

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Cae el sol...

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La silueta humana iluminada por la luz de la montaña.

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Momento mágico del ascenso...

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Agradecimiento a la sagrada montaña.

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