Anécdota de un Viajero | Diario y Poema


Fuente

Aquí me encuentro nuevamente relatando versos que me representan. En mi presentación hablaba de como todo lo veía a través de una película infinita, de cómo a través de melodías y armonías componía la rapsodia de mi vida.

Presentación

Por variadas razones he tenido la oportunidad de viajar muchas veces, principalmente de mi ciudad natal Valencia (Venezuela) a la ciudad capital Caracas. Esta vez no se trataría de uno de esos típicos viajes, pero antes de narrar el recorrido es preciso mencionar como la distancia tiene una importancia relevante en mi vida, pues esta simboliza la mas pura esencia de calma e inspiración.

El viajar se ha convertido en un ritual sagrado muy personal, para mí, implica el despegar del pensamiento. El transitar en la carretera se vuelve mágico, es ese instante contemplando a través de la ventana el camino mientras se escucha una canción, esa canción que es precisa y que cuando se aprecia sabes que es la indicada para la ocasión. Es en ese momento donde me siento parte de todo y donde la mente se transporta a soñar, reflexionar y pensar en todo, mientras se aguarda llegar al destino.

Viajar es...

“Viajar es sentirse poeta,
es escribir una carta,
es querer abrazar.
Abrazar al llegar a una puerta,
añorando la calma
es dejarse besar.
Viajar es volverse mundano,
es conocer otra gente, es volver a empezar.
Empezar extendiendo la mano,
aprendiendo del fuerte,
es sentir soledad”.

-Gabriel García Márquez
(Fragmento del poema Viajar es…)

Me tocó viajar en vacaciones de Semana Santa, la canción que me acompaño en este viaje fue “Heroes” de David Bowie, entre muchas más, pero esa es la que identifica esta anécdota. La razón de este viaje no es un “algo”, mejor dicho es una “ella” y es que al pedirme que la acompañase con su familia por una semana, con sus ojos negros brillantes y sonrisa pícara, no podría negarme aunque quisiera. En el camino se escucha esta canción y mientras la miro solo puedo imaginarme todo lo que viene, todo lo que ha precedido ese momento y el presente mismo en el que me encuentro hipnotizado por sus cabellos negros despeinados.

En su familia todos son músicos (al igual que nosotros dos) y en cada canción que acompañamos y en cada canción que ella cantaba, pude sentir aquel verso de “Heroes”:

-We can be us, just for one day.

Se sentía el tiempo infinito, no de mala forma, éramos nosotros hablando y compartiendo sobre todo en la cima del mundo, sin preocuparnos por nada más que ese momento. Olvide mencionar que estábamos en un lugar campestre donde no existe señal telefónica, pero eso no nos agobiaba, existían mil y un razones para que nada del “mundo real” nos importase.

Pero lo malo del viaje es que acaba, pero te deja dos cosas. La primera, una recompensa que está repleta de recuerdos inolvidables, momentos únicos y personas que se vuelven más que parte de tu vida, llegan a ser parte de ti mismo. Personas que se transforman en una extensión mas de ti y que en donde te encuentres se hallan presentes. Y lo segundo una promesa, la promesa de volver e intentar repetir aquellos recuerdos, lo cual nunca sucede por la sencilla razón de que cada viaje es único, si regresas al mismo lugar vivirás una experiencia diferente y grandiosa pero sobretodo invaluable.

En esta ocasión nos encontramos un pozo de los deseos, cada uno lanzó una moneda y pidió algo. No sé lo que pidió ella, pues la creencia es que si lo dices en voz alta no se cumplirá, pero pude ver en sus ojos que al igual que yo decía:

"Deseo volver, deseo estar a su lado y deseo que el tiempo siga siendo infinito”

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