Hola mis queridos Steemians, gusto en saludarles, les deseo mucho éxito en todos los proyectos que emprendan. Hoy les voy hablar un poco sobre mis tres pasiones: mi País; mi carrera, la Ingeniería Civil y viajar.

Aunque soy Valenciana, tengo casi dos meses viviendo en Tucacas por cuestiones de trabajo. A inicios de enero me hicieron una propuesta que no pude rechazar, desarrollar una obra dentro de Parque Nacional Morrocoy. En seguida pensé “Playa, Construcción y viaje”, dije “Todo lo que me encanta en un solo lugar”.

Pero no crean que es muy fácil trabajar a metros de la playa, no es fácil resistir las ganas de dejar el trabajo e ir a darse un bañito y ni les cuento lo duro que es estar todos los días bajo el sol, pero no todo es malo, la vista que tengo cada día en mi lugar de trabajo es sinigual, he conocido muchísima gente buena y trabajadora, he podido conocer varios de los cayos (Cayo Sal, Cayo Sombreo, Cayo Varadero, Cayo Muerto y Playuela) y sitios que están restringidos para el público en general.

Hay mucha belleza dentro del parque y no me refiero solo a los paisajes, o a la diversidad de flora y fauna, sino a la gente tan humilde pero noble que hacen vida dentro del parque. Primero les tengo que hablar de la bella labor que hacen los Guardaparques, siempre dispuesto a proteger el parque y de brindar su mejor esfuerzo en prestarnos un buen servicio. No puedo dejar por fuera a los vendedores de conservas, que están dispuesto a caminar horas solo por vender unas pocas y tratar de llevar algo que comer a sus casas, uno de ellos es Miguel un niño de apenas 8 años que sale todos los días, luego de ir al colegio a vender las conservas que hace su mamá, y bueno como ya es un amiguito, siempre nos regala una "Para endulzarnos el día". Finalmente debo hablar de mis amigos los vendedores de cocadas, sin duda hacen un trabajo extremo, pues los cocos los obtienen en un trabajo en equipo, mientras unos se trepan más de 5 metros en las palmeras, otros están abajo atrapando los cocos para que no se partan, y siempre que tienen la oportunidad nos regalan un vasito “Para refrescarse”.

Esta experiencia me ha brindado un sinfín de oportunidades, aprender sobre conservación, la importancia y vulnerabilidad de los corales y los manglares; me ha permitido bucear, sin duda una aventura inigualable, ver la pared de coral que bordea gran parte del parque, observar un pez globo o un pez león son cosas que no se ven tan a menudo. Aun me falta ir a un desove de tortugas, pero eso es algo que les contaré en otra oportunidad.

He podido ver unos amaneceres bellísimo y disfrutar de playas espectaculares, viajes en lancha, ver flamencos, garzas, caracoles y cangrejos se volvió parte del día a día. Ahora lusco un bronceado permanente, me ejercito a diario trotando a la orilla de la playa mientras veo el ocaso y como pescado fresco cada vez que guste.

Recuerdo con gran agrado mi visita a Cayo Sombrero, aparte de tener una playa azulita y muy tranquila, probé un pescado frito riquísimo y la cocada más dulce. Tuve la oportunidad de participar en una actividad de recreación para los turistas y en una campaña de concientización para la preservación de las playas, su flora y fauna.

Con esta vista de cayo Sombrero me despido, espero que hayan disfrutado al igual que yo la belleza que nos brinda Morrocoy. Los invito a visitarlo y sobre todo cuidarlo.