Una story se está cocinando a fuego lento,
Mientras tanto pongo alegría a la vida y me dejo llevar por dulces y risas.
Escucho las anécdotas de mi abuela mientras sobo una suave masa de harina agua tibia y aceite de oliva.
De agitada vida fueron seis partos,
Son dos que partieron al cielo pronto,
pronto partieron su corazón.
Estiro la masa con un rodillo, espolvoreo mas harina sobre la mesa, la acaricio suavemente. Me mira y a la vez su mente se pierde en sus recuerdos.
Con 86 años la demencia senil hace su notoria aparición cuando me pregunta mas de tres veces, por su hija, mi madre.
Vive en el pasado como si tan solo fuera ayer.
La película de su vida está intacta, sus maravillosas historias me acompañan como la novela exagerada que oían las amas de casa por la radio mientras hacían el quehacer.
El carbón arde como el sol de verano de la ciudad del calor eterno. Esta esperando los majares que mis manos han transformado.
Su mirada tierna de abuelita me ve y dice una frase acuñada en el tiempo proclamada por su cuñado a su enamorada" Señorita María Justina dichoso sería el hombre que se casara con usted".
Los olores van perfumando la habitación el orégano escandaloso, la salsa de tomate ebulliciona, una sensación de anillos perpetuos se cuece en el aire.
El romance es tu placer culposo entonces recuerdas una canción con movimientos de cabeza y pies te ves bailándola en las tertulias de antaño.
La tarde primorosa nos invita a la mesa con manteles blancos y vino de compañía voy fabricando mis propios recuerdos.
