Fe

No puedo dormir. No siento sueño. No siento cansancio. Mis ojos, aunque cansados, no logran cerrarse y quedarse así, por horas. No. Se me hace imposible conciliar el sueño. Una tarea inalcanzable, el hecho que Morfeo aparezca, me tome de la mano y me lleve a su reino, ni siquiera por unos minutos. Vueltas y vueltas sobre la cama. Se me hace incómoda. Inestable. Como una prisión. Deseo escapar de ella. Deseo levantarme… y correr. Correr sin mirar atrás. Olvidarlo todo, dejarlo todo en el pasado. Que el camino se vuelva mi presente, y que el horizonte sea mi futuro. Mientras tanto… sigo acá. Enchufado. Encadenado. Prisionero.

Prisionero de una realidad innegable. De un presente inaudito que no hace sino dolerme. Un destino hecho mentira. Hecho pedazos. Una vida inconclusa que no deja sino un mal sabor en la boca. Amargo. Nada dulce. Una lágrima surge a la frialdad del sitio que me rodea. Congelada tal vez por tal infortunio. No… infortunio el mío. Que no me congelo. Que no me sucede nada. El oxígeno me rodea infinito, como burlándose de mí. Recordándome la fragilidad de mi cuerpo, pero a la vez que estaré aquí por mucho tiempo. Que la muerte no será una escapatoria. No hay vías, no hay caminos. Mientras tanto… sigo acá. Enchufado. Encadenado. Prisionero.

Encadenado a este horizonte maldito. A este instante que no termina, que no cesa de volverse más y más agudo. Grave. Como ese enfermo terminal que no expira. Ese segundo infinito en donde ves tu vida pasar por tus ojos, como una película mal grabada. Mal hecha. Ese pasado que no deja de perseguirme. Basta ya, no puedo con esto. Necesito desahogarme. Siento que explotaré. Combustión espontánea. No aguanto mi garganta. Me duele. Creo que he gritado demasiado. Nadie me oye. Nadie me auxilia. Este mundo es demasiado agresivo. Mientras tanto… sigo acá. Enchufado. Encadenado. Prisionero.

Enchufado a este circuito que no se agota. Un circuito de trampas mortales que no te aniquilan. Solo te hacen rogar morir. Qué va. Nunca saldré de acá. Esas imágenes en mi mente, ya han hecho su nido allí. Soy un miserable. Soy una escoria. Soy… un ser humano. Uno que sufre demasiado. Mi interior exclama en gritos desaforados. Pide ayuda. Pero nadie acude a él. Inhóspito. Ni siquiera yo mismo. Ni siquiera mi conciencia. No. Eso ya lo he dejado atrás. Este es mi castigo. Por creer en ti. Por creer que tú serías diferente. Por poner mi fe en ti. Por creerte invaluable. Este es mi castigo. Y aquí seguiré. Enchufado. Encadenado. Prisionero.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now