Ahorramos para asegurarnos una vida mejor en el futuro y muchas veces nos olvidamos en realidad de vivir la vida.
Es impresionante como pasamos tanto tiempo de nuestras vidas para ahorrar dinero y poder conseguir las cosas materiales que nos hacen nuestras vidas más placenteras y cómodas, pero que pasa con esos momentos que quizás nos estamos perdiendo con nuestras familias y amigos por no gastar un centavo de lo que hemos logrado ahorrar, claro está, que también podemos tener lindas experiencias y recuerdos sin gastar mucho dinero, pero porque no gastar un poco y tener una gran experiencia.
Por qué les digo esto, por lo siguiente, mi esposo y yo trabajamos y guardamos dinero y nos cuesta gastar en cosas que no sean necesarias, tenemos unos buenos amigos que les gusta disfrutar y en cada momento que pueden se internan un fin de semana en un hotel y la pasan bien, en varias ocasiones nos invitaron pero nunca habíamos asistido a ninguna de sus invitaciones, porque tendríamos que gastar mucho dinero, resulta que el período de vacaciones de los niños estaba culminando y no habíamos hecho nada significativo.
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Para el cumpleaños de una de nuestras amigas habían cuadrado irse un fin de semana a un hotel conocido de acá de la zona donde vivimos, y nosotros después de tanto pensarlo decidimos ir con ellos, sobre todo por los niños. Para resumir, les cuento que tenía muchísimo tiempo sin sentirme así de relajada tranquila y contenta al ver la cara de mis hijos disfrutando de esa piscina, los niños encantados y nosotros los adultos también pudimos disfrutar tomarnos algo, bailar, conversar, reír, en verdad sin arrepentimientos alguno, espectacular fin de semana…
Sé que no es algo que se pueda hacer todo el tiempo pero en lo que se tenga la oportunidad y la circunstancia nos lo permita no debemos privarnos de tener gratas vivencias, quizás no sea ir a un hotel si no simplemente a una playa relajarnos y disfrutar, tan simple como vivir la vida y llenarnos de recuerdos y experiencias que podremos compartir cuando nos toque sentarnos con nuestros nietos y echarles los cuentos de cuando éramos jóvenes…