Venecia y otros desamores

“La ciudad es un gran puerto abierto a todos los mares,
no hay asfalto en sus calles, son caminos navegables,
El murmullo de las olas se oye en todos los lugares,
cuando el viento acaricia al agua de sus canales;
fue ciudad de aventureros, marinos y comerciantes;
la patria de Marco Polo, el intrépido viajante”

-Antonio del Olmo, mundopoesia.com-

Nuestra querida Venecia se encuentra en medio de una laguna -no es mar- es una cuenca de aguas bajas; tiene tres bocas portuarias, por la cual se vacía y se vuelve a llenar dos veces cada día; el agua bendita entra y sale 60 veces por mes; quiere decir que está purificándose permanentemente; maravilla de la creación dicen los ojos que conocen este concepto por vez primera; porque para el residente es algo normal; lo mismo que no es una isla, es un conjunto de más de 120 islotes.


Cuando vengas a Venecia, recuerda que en uno de sus puentes conectores hay unas huellas; acuérdate de la leyenda: -Ponte Dei Pugni- (el puente de los puños) fue el puente más problemático de las islas; las autoridades antes de 1700 no lo controlaban; pues de ahí salían jóvenes súper buenos, para los ejércitos; en esa época habían dos pandillas; y crearon un juego de habilidad corporal y mental; los pies debían reposar en las huellas fijadas en el suelo.

Ah, el puente no tenía barandas, era una especie de boxeo sin moverse de las huellas, el menos fuerte caía a las aguas; las confrontaciones eran populares, que ni los curas podían deshacer las peleas; cada rival defendía el honor de su zona. En 1705, cuenta la historia que las prohibieron y con el paso de los años, se quedaron en el tiempo.


*Nota: Está publicación pertenece al mismo autor del blog:
https://whaleshares.io/@caminante

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