El Valor del ser Humano

Se desató una tormenta más allá de ser normal en altamar, un carguero con 15.000 toneladas en contenedores, acaba de llamar pidiendo de ser posible, le ayuden a rescatar a sus 10 tripulantes. -Es el reportaje de un capitán de puerto- En el equipo de rescate y vigilancia estaban los 5 integrantes del helicóptero, pues las unidades de agua, sabían que, en lanchas, no se podía llegar hasta los 260 kilómetros náuticos, según las coordenadas del capitán.

Mientras tanto una hora antes de la llamada a la jefatura de puerto, 8 tripulantes del carguero se despertaron abruptamente, debido a la tormenta no esperada y peor aún, gran parte de los contenedores se habían deslizado hacia la proa. El barco se podría ir a pique en cualquier momento. El capitán un joven veterano en los mares del norte le dijo a su tripulación: -Tomen cada uno sus documentos, bien, ojalá no se les mojen.

Póngase el chaleco flotante, todos vamos a estar en la popa, llamaré a pedir ayuda, son las 2 de la madrugada, si acaso vienen vendrán luego que amanezca. Trataremos de soltar uno o dos botes auxiliares, para ayudarnos; pero si nos dispersamos, que sea Dios, quien cuide de cada uno de nosotros- Mientras tanto las olas de más de quince metros, estremecían el enorme buque, cuál barco de papel en el río. -pasaron largas horas y el barco no se hundía-

Llegadas las 5 de la mañana en el observatorio meteorológico, dieron el reporte de no salir a altamar; si lo hacían sería bajo cuenta y riesgo de la tripulación del helicóptero. Los 5 compañeros, se miraron, luego se abrazaron y dijeron a su comandante: -haremos lo mejor que podamos, para salvar a aquellos hermanos- Recuerden les dijo: -tienen combustible para 4 horas, estén alerta a los relojes indicadores, buen desempeño, compañeros-

En la pared del helicóptero decía este lema: “Una persona es una persona, no importa lo pequeña que sea” (Dr. Seuss) gastaron en tiempo 18 minutos más, debido al viento huracanado que no les permitía mantener el rumbo; el combustible también era afectado, una vez llegaron al barco, las olas junto al viento no permitían bajar, hasta que la escalera tocará el agua; el barco podía golpear el aparato y la tragedia sería desastrosa.

6 tripulantes ya estaban encima de un bote salvavidas, los otros 4, no habían podido llegar, estaban en las frías aguas; el buzo de rescate logró bajar del helicóptero y el hábil piloto, luchaba contra el feroz viento y contra los embates del barco que no se hundía, pero si se alzaba a cada momento. Con mucho esfuerzo, inicia a enviar uno a uno; los amarraba a la canasta y arriba los otros 3 halaban con todo lo que tenían.

Subieron en el transcurso de 125 minutos 7 de los diez; el indicador decía que quedaba combustible para una hora de vuelo; la gran decisión de los que estaban arriba: - ¿nos vamos y abandonamos a los 4, incluyendo al buzo? ¡No! -aquí morimos todos, dijeron con ojos llorosos- la tempestad pareció escuchar, y hubieron minutos de quietud, donde los 4 lograron subir en 25 minutos más de tiempo.

El piloto dijo: -es milagroso si logramos tocar tierra; el combustible no aguanta hasta la base; he quebrantado un código de seguridad aérea- ¡Una semana después el presidente francés condecoró con honores a los 5 tripulantes de aquel helicóptero! (Francia, 1976)