Al principio todo era de piedra. En la actualidad, si vemos una piedra le sacamos una foto para subirla a nuestras redes porque no podemos creer lo impresionante que es la naturaleza creadora de piedras. Así de jodidos estamos.
A lo largo de los años gracias a la tecnología se han hecho grandes descubrimientos que si bien en el en el siglo pasado parecían imposibles, hoy parece un juego de niños. No obstante, con el paso del tiempo se convirtió en un absurdo negocio que solo crea cientos de aparatos diariamente que en un mes (o menos) es reemplazado por uno que hace lo mismo pero con diferente tamaño y color; todo bajo la premisa de “Hacer las cosas más simples para que sean más fáciles de usar”. Por una parte, simplificar objetos y agilizar procesos es fundamental para el desarrollo más óptimo de nuestro alrededor pero por otra parte nos vuelve más perezosos y dependientes. Autos que se conducen solos, robots organizadores, casas y teléfonos “inteligentes” que nos arrebatan las simples tareas que podemos hacer por nosotros mismos y al mismo tiempo nos ponen en riesgo.
Pienso que la tecnología debe ser usada de manera consiente, como herramienta y no como estilo de vida. No debemos descuidar nuestros alrededor y las cosas fundamentales por estar todo el día conectado a un teléfono y/o computadora. Hay que controlarnos.
