Y sus hijos huérfanos dejaron de recordarlo,
En el veloz y rabioso.
¡Y no hay diferencias entre nosotros!
Así que no me apresuro detrás del escenario...
No te guste, ríete y guarda silencio.
Las lágrimas me queman obstinadamente
Y habrá un día, el treinta de febrero.
Tráelo en blanco.