El ser humano es el único animal racional en el mundo, que mete a voluntad propia en su cuerpo sustancias nocivas para perjudicarse el mismo. ¿Alguno de ustedes sabe de otro animal que ingiera sustancias toxicas a conciencia? Creo que no.

Nosotros somos tan inteligentes que siempre buscamos la manera de destruirnos. Usando drogas, bebidas o fumando cigarrillos, somos los primeros en la escalera de la existencia que acaba consigo mismo.

El fumar cigarrillos es uno de los actos de intoxicación más usado por el hombre. Históricamente para la región de Latinoamérica y el caribe, se tiene data de consumo de tabaco desde tiempos de la colonización española, donde los primeros invasores descubrieron a los indígenas nativos, consumiendo hojas secas forradas en otras hojas secas que encendían por un extremo e inhalaban por el otro extremo. En este lado del mundo se fumaba antes del 1500.

El consumo de tabaco y sus consecuencias en bien sabido en el mundo entero. En algunos países está prohibida su venta, mientras en otras naciones hay normas para su compra y consumo, como por ejemplo, restringir hasta una edad permitida para poder hacerse de una cajetilla de cigarrillos.

Los fumadores activos son todos aquellos que consumen su cigarro directamente, adsorbiendo todos los dañinos componentes del tabaco por las vías respiratorias. Expulsando luego los desechos que quedan después de entrar y salir de los pulmones.

Los fumadores pasivos son todos los que están alrededor del fumador activo, inhalando el humo proveniente del cigarrillo del fumador activo y las exhalaciones de dicho fumador. Por lo tanto las consecuencias de generar daños al organismo son prácticamente iguales entre el fumador activo y el pasivo.

Cuando se enciende y se consume un cigarrillo en cualquier ambiente, las toxinas quedan en el ambiente, en las paredes, techo, diversos objetos, en las ropas del fumador y en su piel. Se pensaba que al desaparecer el humo, el ambiente quedaba libre del toxico elemento, pero eso no es así, el humo desaparece pero los residuos quedan.

Muchas personas que piensan en el bienestar de las demás personas, ventilan los lugares donde momentos antes aniquilaron un cigarrillo, creyendo que así, el espacio queda limpio, pero se han equivocado en toda la historia del consumo de la nicotina, el ambiente se va llenando de este veneno y se va elevando su concentración con el consumo de otro y otro y otro cigarrillo. Cuando alguna otra persona entra en contacto con la habitación, también toca las toxinas, también respira las toxinas que se quedan en los objetos, en el cuerpo del fumador, y queda en riesgo de sufrir las consecuencias de un fumador. Y más en el caso de los niños los cuales por curiosidad tocan todo y luego se llevan los manos llenas de tabaco a la boca. Un padre o una madre fumadores, se alejan de sus hijos para degustar un rico malboro, se van al jardín, al patio, algunos utilizan el baño. Al volver al contacto con sus hijos sin pensar, los llenan de los agentes cancerígenos que quedan entre sus ropas y sus dedos.

Como escuche a un especialista hablar del consumo del cigarrillo y sus consecuencias. “El consumo del cigarro no se negocia, se elimina y listo”.