¿Qué haría con 10.000 STEEM's?, probablemente la pregunta correcta debería ser: ¿Qué no haría con 10.000 STEEM's?, lo cierto es que con semejante cantidad de dinero, podría imaginarme disfrutando de unas merecidas vacaciones en un paradisíaco paraíso, degustando una rica y abundante cena en un reconocido restaurante, comprando los mas sofisticados dispositivos de última generación, aún cuando conocerlos al detalle para aprovechar todos los beneficios que ofrece, pueda llevarme una eternidad... en fin, todo aquello que mi imaginación -y el dinero- me permita comprar.

Sin embargo, el ser humano es un ser -valga la redundancia- incoherente: pocas veces expresamos con nuestras palabras lo que realmente pensamos o deseamos en lo mas profundo de nuestro ser (nuevamente aquí la palabrita), seguro que ante una pregunta que se formulase de este tipo, respondamos a nuestro interrogador que en presencia de una cantidad súbita e inesperada de dinero, pagaríamos deudas atrasadas, realizaríamos inversiones que nos garanticen una vejez plácida y tranquila, y realizaríamos algún donativo a alguna institución de beneficiencia de nuestro agrado; ciertamente nuestras mentes están condicionadas como aspirantes a un certamen de belleza femenino, quienes ante las interrogantes formuladas por el jurado calificador, responden de forma estereotipada que su mayor deseo o sueño es: "luchar por la paz mundial", "llevar un mensaje de paz y tolerancia a todos los confines del universo", "participar activamente por el rescate de la naturaleza", iniciativas muy loables, desde luego, pero que lamentablemente escapan de nuestro poder, aún cuando eso no significa que debamos rendirnos ante la magnitud del desafío, sin antes haber aportado nuestro grano de arena.

Finalmente, ¿Qué haría con 10.000 STEEM's?, no lo sé con exactitud... seguramente un poco de lo anteriormente descrito: pagaría deudas con la finalidad de restaurar mi historial crediticio, permitirme algunos placeres culposos, invertir una porción en algún instrumento que me proporcione un valor de retorno adecuado, realizar algún donativo, ayudar a realizar el sueño de algún ser querido que así lo requiera, y probablemente algunas cosas más mientras dure esta riqueza inesperada, pero lo cierto es que mientras no dañe a nadie, haría aquello que me proporcione la mayor suma posible de felicidad.

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