Una pequeña planta xerófita del ventanal de mi balcón me sorprendió con un enorme capullo hace unos días. O más bien, con un globo puntiagudo más grande que ella, porque realmente no tenía idea de que era un capullo. Pasaron varios días con su "apéndice" y tuve curiosidad por ver qué salía de él, fotografié su evolución, suponiendo que contendría una flor. Ayer por la mañana, tímidamente pétalo por pétalo se abrió. Al mediodía, cuando tenía mi teléfono, corrí como una niña emocionada con un juguete nuevo, a tomar fotos de mi extraña flor, que ya era espléndida y estaba completamente abierta. No sé su nombre, pero es mucho más grande que la plantita de la que brotó. Me sorprendió gratamente con su atigrado amarillo y pétalos peludos, que quise escribirle un poema compuesto por una serie de haikus y así fue. Si no lo conoces aún, el "haiku" es un poema de origen japonés compuesto sólo por tres versos de 5 sílabas métricas el primero, 7 el segundo y 5 el tercero; sin rima, inspirado en el asombro que causa la naturaleza. Espero que les guste.