Cumplir las promesas a nuestros hijos, es uno de los valores más importantes en la relación de padres e hijos, siempre decimos que los hijos son el reflejo de los padres y me atrevo a considerar que es así, si educamos a nuestros hijos con valores y respeto hacia las demás personas, fuera de casa reflejan lo que se les enseña.
Cuando somos padres todos los días aprendemos. Tengo dos niñas pequeñas en casa y cuando desean algo, insisten en que les prometa y selle el pacto con la señal de costumbre.
Pero todo no suele suceder así, ya que evito hacerles promesas que tal vez no pueda cumplir, siempre mido si esta dentro de mis capacidades antes de sellar el pacto de la promesa.
Una promesa es un valor sagrado que debemos cumplirle a nuestros hijos y solo comprometernos si sabemos que podemos cumplirla. Como padres les enseñamos que si los amamos no les vamos a fallar.
Promesas Incumplidas… Niños Infelices...
Nuestras acciones pesan y si olvidamos nuestra palabra comprometida, no solamente irrespetamos nuestros hijos sino que también, transmitimos un mensaje incierto de amor paterno, le enseñamos que quien los quiere les incumple, de igual forma maltratamos nuestra credibilidad y honor.
Estamos enviando un mensaje muy negativo, ocasionándoles decepción, desilusión, frustración, que a ellos se les queda grabado para siempre, dañando su proceso de crecimiento y la relación con sus padres. Para ellos no somos honorables porque no cumplimos con nuestra palabra.
Promesas Cumplidas… Niños Felices...
Cumpliendo nuestras promesas les generamos confianza y credibilidad a nuestros hijos, hace que ellos se motiven más, les eleva su autoestima, les da seguridad en todo lo que se propongan alcanzar. Ellos siempre nos verán como un ejemplo a seguir, somos su primer amor y no debemos fallarles.
Como padres deseamos que nuestros hijos sean buenas personas cuando crezcan, por eso debemos reforzar los valores en casa, ellos en proceso de crecimiento adoptan todo lo que les aportamos.
Gracias por leerme.
LO NEGATIVO EN POSITIVO.