Ya perdí la cuenta de cuantas veces he decidido dejarte ir, cuantas veces me he ido prometiendo no volver, jugando con el tiempo y con las palabras que mis dedos escriben al despedirme de ti.
Perdí la cuenta de los besos que nos prometimos y no nos cumplimos.
Perdí la cuenta de las veces que te llore creyendo que tú podrías quererme como te quise yo.
Perdí la cuenta y de vista las oportunidades de una mirada más, como la de aquella única noche, lo recuerdas? Yo, entre tus miedos y entre los mios.
He perdido las ganas de luchar por ti, de querer estar contigo, y he perdido también las ganas de seguir mintiéndome para no dañarme.
Seguiré esperando que vuelvas al lugar donde nunca estuviste. Seguiré esperando un reencuentro en la plaza de nuestro primer y ultimo beso, ahí donde las promesas se hacen polvo y se las lleva el viento.
Repito, perdí la cuenta de las veces que te escribí con todo el amor de mi dolor y aun así, fuiste tan distante que me lo creí y aunque vuelvas, no habrá lugar.
Yo sigo aquí, contradiciendo mis palabras, una con la otra, pero en mi defensa, puedo decir que te espere lo suficiente para olvidarte sin rencor.