Hace unos días compartí con ustedes una publicación, la primera parte de esta, en la que confesaba mi adoración reciente por el k-pop, e intentaba exponerles parte de este mundo, contextualizando todo cuanto pude para evitar estigmas. Así, intenté que las personas que leían ese artículo se abrieran a perder los prejuicios antes de analizar por qué me gusta este género —de otra forma no podría explicar mis razones efectivamente.
Con suerte, los que lean esta publicación lo harán sin prejuicios, con mente abierta, y preparados para ver muchos videos y escuchar mucha música. Mi principal hipótesis de por qué hay tanta obcecación alrededor del k-pop es simple ignorancia. Las personas ven dos o tres videos de k-pop y asumen inmediatamente que todo el género es esos tres videos, cuando la realidad puede probar lo contrario. Si alguien va a odiar el k-pop, quiero que al menos lo haga con base, con verdaderos argumentos. Así que en esta publicación intentaré poner tantos links a videos como me sea posible para que tengan una visión un poco más amplia de lo que es este mundo, y sean capaces así de decidir, con mayor conocimiento, si lo amarán o lo odiarán. Les pido también que, si tienen tiempo suficiente, entren a todos los enlaces que puedan —y les interesen— porque de otra manera no acabarán de comprender lo que es el k-pop. Basta de introducciones.
Sobre la música
Pregunta rápida: ¿El k-pop es un género musical?... Quizá, pero es problemático, y yo tengo un pequeño dilema con que se defina como género musical. Para poder discutirlo con mayor facilidad, podemos preguntarle al querido Wikipedia qué es un género musical.
Un género musical es una categoría que reúne composiciones musicales que comparten distintos criterios de afinidad, tales como su función (música de danza, música religiosa, música de cine...), su instrumentación (música vocal, música instrumental, música electrónica...), el contexto social en que es producida o el contenido de su texto.
Según esta definición, técnicamente el k-pop es un género musical, ya que abarca toda la música pop producida en Corea, pero eso nos da muy poca información sobre el estilo musical de una pieza. Nos insinúa que es música pop coreana, pero el mismo género pop es un poco problemático porque, de nuevo, nos dice poco sobre lo que escucharemos, y depende mucho de lo que alguien entienda por "pop".
Más que hablarnos sobre la música, la palabra "k-pop" nos está describiendo un conjunto de piezas musicales que se producen bajo el mismo sistema comercial liderado por grandes compañías del entretenimiento en Corea. Y realmente no habría otra manera de abarcar bajo un mismo "género" todo este movimiento musical que tanto nos enamora, porque una de las principales cosas que lo caracteriza es la variedad en sus estilos musicales.
Muchos podrían pensar "Ya que la música es producida por grandes empresas que manejan la industria, todo acabará sonando igual" pero no es así. Tomemos por ejemplo las dos canciones que he puesto hasta ahora en el artículo, «Look» de GOT7 y «Midnight» de Suzy; ambas provienen de la misma compañía, JYP Entertainment.
Si miramos al pop americano o, mucho peor aún, a la música latinoamericana, notaremos que lo popular suena muy similar. Y repito, esto es un problema especialmente grave en América Latina, donde la música ha pasado por un embudo que nos dejó sólo con reguetón y trap, géneros en los que acabaron cayendo casi todos los cantantes pop de la región —quizá por eso el k-pop haya calado tanto en esta parte del mundo. Creo que todos sabemos por qué ocurre esto: una canción se hace popular, otras canciones intentan imitar a la canción popular para poder ser popular, y se crea un ciclo infinito.
Pero por alguna razón, quizá diferencias culturales, la industria musical coreana empuja hacia el otro extremo del espectro, en donde se busca mayor variedad. Tal vez se deba a que el k-pop se maneja por «conceptos», y la mayoría de los grupos intentan probar distintos conceptos con cada comeback, término utilizado para referirnos al regreso de un grupo o artista con un disco nuevo.
En occidente, todos sabemos que el «concepto» de Bruno Mars es ser muy cool y el «concepto» de Bad Bunny es ser un narcotraficante. Y es muy inteligente apegarse a un concepto y explotarlo al máximo; a esto se le conoce como branding. Sin embargo los artistas de k-pop no necesitan asociar conceptos a su imagen para ser reconocidos; Corea no funciona igual que occidente. En la industria del entretenimiento coreana es más importante la figura del idol —una persona perfecta a la que podamos idolatrar— que el branding alrededor de éste. Si logras que la audiencia ame de forma alocada la personalidad de un artista no necesitas mayor estrategia de mercadeo; el branding de los idols son los propios idols. Por esto las empresas de entretenimiento invierten tanto dinero, tiempo y esfuerzo en encontrar los idols perfectos. Esto, a su vez, significa mayor variedad; si un grupo/artista no necesita de un branding específico, no hay concepto alguno que pueda dañar su imagen. Tienen mayor libertad creativa.
«One of These Nights» de Red Velvet
Para finalizar con la música, otro punto que me gustaría acotar, en relación también con el tema de géneros musicales, es la extraña mezcla de géneros a la que se ha llegado en el k-pop. Los productores de música coreanos no tienen ningún miedo a probar cosas extrañas por «ver si cuela» y acaban creando canciones que podrían resultar una mezcla bizarra pero que extrañamente funcionan. Y aquí me quiero detener a hablar de un grupo en específico que hace esto... demasiado. LOONA es un grupo de chicas que no le tiene ningún tipo de miedo a la variedad, y me gustaría compartirles algunas de sus canciones. ViViD fue la primera canción, con la que se reveló la primera integrante del grupo, y ya vemos cosas raras. Por un lado recuerda bastante al swing —pero más pop—, pero a la vez tiene un ritmo de batería de rock, y algunos sonidos de hip hop. Love Cherry Motion es una canción pop bastante convencional hasta el final del coro, cuando entra música electrónica muy agresiva, que tiene un gran contraste con el resto de la canción. Y por último mi favorita, Sonatine, con un género que realmente no logro reconocer —quizá sea tarde para decirlo pero soy muy malo para reconocer géneros musicales—, una estructura un poco rara, y un puente de tango en mitad de la canción que logran unir magníficamente con el resto de la pieza. Mezclas como las que hace LOONA en sus canciones también se pueden encontrar muy fácilmente en el k-pop.
Pero no es todo sobre música
¿Qué sería La Macarena si no existiera ese baile tan popular? Yo les digo qué sería: una canción olvidada. De igual manera, el atractivo del k-pop no se basa sólo en la música; de hecho yo diría que ni siquiera constituye la mayor parte. Si hablamos sólo de la música, el k-pop realmente no es muy distinto a lo que era el pop occidental hace unos 5 o 10 años. Lo que hace al k-pop tan popular es la unión entre la música y los aspectos visuales.
Escuchar k-pop sin ver los videos musicales es, en sí mismo, una experiencia incompleta. A diferencia del pop occidental, donde los videos musicales son normalmente un extra a la pieza musical, y suelen lanzarse tiempo después de haber sacado el disco o el sencillo a la venta, en el k-pop los videos musicales van completamente de la mano con la música, y son totalmente inseparables. Y esto se puede dar por varias razones.
Palette de IU
También tenemos aquí la principal característica que las personas notan al ver algo de k-pop: las coreografías. Los bailes son quizá el punto más importante para el k-pop, y como tal es algo en lo que las compañías ponen mucho tiempo y esfuerzo. Y el baile es algo que no se puede comunicar simplemente con la música; es totalmente imposible. Necesitas ver los videos para disfrutar de la mejor parte del k-pop.
Las coreografías también se pueden presentar en muchas variantes pero, generalizando un poco para que la publicación no se siga alargando, existen dos tipos de coreografías en el k-pop.
«Gashina» de Sunmi
«The 7th Sense» de NCT U
El k-pop de verdad se esfuerza por unir ambos, música y video, en un producto homogéneo, inseparable uno del otro. Eso es lo que, para mí, hace al k-pop especial, y por lo que disfruto tanto de consumirlo.
También podríamos hablar de cosas como fandoms y programas de televisión, pero no hoy. Mi principal preocupación con el k-pop se concentraba alrededor de la música, y por qué yo la estaba disfrutando tanto. Puedo decir muy alegremente que gracias a haber escrito estas publicaciones logré descubrir y explicarme a mí mismo por qué disfruto tanto del k-pop. Me tardé mucho para hacerlo, pero al final lo logré. Si, además, fui capaz de hacerte escuchar algo de k-pop, y si gracias a mí descubriste algo que te gusta y que jamás pensaste que fueras a conocer, me alegraría un montón que me lo dejaras saber. Si leíste hasta aquí de verdad te agradezco, no sé cómo lograste soportar leerme durante tantas líneas. Todo lo que me queda decir ahora es... escucha k-pop, que no muerde. Y como no encontré nunca el momento adecuado para enlazarla, dejaré como despedida mi canción favorita de las que no están enlazadas en esta publicación: Through the Night de IU. Con esto me despido.