Polémica, franca y sin censura, la serie de televisión Queer as Folk, tanto en su versión británica a fines de los noventa como la norteamericana en la primera década del 2000, reveló el estilo de vida de hombres y mujeres que desean sexualmente y aman a seres de su mismo sexo.
En este post solo comentaré acerca de la versión norteamericana, porque tuve la oportunidad de verla en español y que además tuvo más temporadas que la original ambientada en Manchester, Reino Unido.
Se trata de la vida cinco amigos gais y una pareja de lesbianas que viven en Pittsburgh (Pensilvania) y que socializan en la calle Lyberty, quienes nos cuentan su propia versión acerca del amor, la masculinidad y feminidad, la amistad, la fiesta, el Sida y sobre todo del sexo.
Bryan Kinney, el carismático ejecutivo de publicidad, quien tiene un fuerte apetito sexual, destaca por su honesta preferencia por la lujuria a la idea de una pareja estable, aunque aparenta ser sarcástico y frío en realidad manifiesta un gran amor por sus amigos, y especialmente, por su hijo, tanto que le dio la potestad completa a la pareja de lesbianas para quien hizo el favor de donar su semen.
La serie narra las diferentes formas de ser gais o lesbiana; aunque los personajes lucen algo estereotipados, se aproximan a la realidad, una que está llena de contradicciones, ser abiertamente gay en un entorno limitado a sitios de ambiente o de asumir una forma de sexualidad latente en todos los espacios de la sociedad y enfrentarse a formas de odio prestablecidos.
Formas de odio que por poco matan al protagonista Justin, en su propio colegio y además tener que enfrentar el prejuicio de jueces quienes deben ser supuestamente imparciales.
Queer As Folk sin duda conmovió a una generación, incluso tardíamente, como en mi caso que la vi cinco años después de la transmisión de su último capítulo.
Sin embargo, es una historia que no puede pasar desapercibido si entre tus temas o gustos tienen que ver con temáticas distintas a las comedias situacionales o dramas comunes.
De hecho, pienso que Queer As Folk dejó una huella en la industria cultural, porque tras su transmisión, la televisión y cine tanto norteamericanos como de otros países han incluido de alguna forma este tema desde la óptica abierta dejada por la serie.