Reflejo del espejo

No es ponerte ropa y sentirte bello, es quitartela toda y aún así sentirte libre, contento con tu propia piel, contento con toda esa estructura ósea que soporta cada rincón de esa carne que en la mayoría de las ocasiones detestas.

En tu piel pueden ir abjuntados tus miedos y hasta tu misma alma, por el simple y sencillo caso de que no estás conforme con ella. Podría ser más musculoso, podría ser más delgado, más alto, más guapo... La vida puede irse en tus "podría" y no ver la belleza del ahora y las mejoras del futuro.

El cuerpo perfecto lo enriquece la hermosura del alma, es trillado decir que la "belleza no lo es todo" y más si no eres la persona más agraciadas, pero es la verdad.

La belleza no lo es todo, ¿porque? Pues es simple; muchas personas aminoramos nuestras desventajas físicas con una personalidad y un gran sentido del humor que encandila a cualquier cuerpo perfecto, brillamos con naturalidad, en ocasiones forzamos las situaciones pero eso no significa que dejemos de resaltar a nuestra manera.

No a todos les podemos caer en gracia, eso es cierto porque cada quien tiene sus propias formas de observar la belleza de otro ser humano. Algunas se guían en lo espiritual, otras en el carisma, otros en lo físico y otros en lo intelectual. Nada de eso define la belleza pero hay quienes se sienten atraídos por esas cualidades.

Ser perfecto ante los ojos de alguien no garantiza el éxito de las personas bellas.

Para ser bello tienes que amar ese reflejo que vez cada mañana, ese rostro cansado, ese cuerpo con kilos demás, ese espíritu que grita cada mañana y te dice que luches por el, que lo quieras y que lo ames tal y como es, porque no solo es quitarte la ropa, es quitarte los miedos, los prejuicios, las inseguridades y hasta los demonios que viven en tu mente.

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