Amigo - reflexión

En el transcurso de nuestras vidas formamos conexiones tan profundas y fuertes por personas que no son nuestra familia que es casi imposible que las olvidemos así pasen muchos años.

Comenzamos siendo tímidos ante la experiencia que estamos por vivir, nos asustamos pensando en que no gustaremos o que no le caeremos en gracia a la otra persona, pero aún así buscamos ese halago indicado, ese chiste preciso y ese apoyo justo para concretar una amistad.

De pronto sin medir las consecuencias de nuestros buenos actos hacia esa persona terminamos invitándolos a nuestra casa y a las reuniones familiares o eventos importantes. Le ponemos la etiqueta de mejor amigo a nuestra persona especial y esperamos con todo gusto que la relación dure todos los años posibles.

¿Pero qué pasa cuando por causas del destino fallas a tu omnipresente contrato de amistad, es justo que seas juzgado eternamente por ese error o merecemos una segunda oportunidad?

Soy fiel creyente del perdón y de las segundas oportunidades y también soy conciente de que no todas las personas somos iguales y no todas tienen la capacidad de perdonar o justificar los errores cometidos.

Juzgar implica una responsabilidad y el perdonar una más grande, hay que ser adultos y con suficiente madures para ver las distintas perspectivas y que no solo una persona falla sino dos, para perder una amistad implica dos personas traicionadas ya sea por decision propia o inconsciencia.

Ell tiempo es la medida más fácil de buscar respuesta a lo que pasa y esperar a que las cosas cambien si de verdad desde el inicio fue una amistad real.

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Fuente

¿Cual es el limite permitido para perdonar los errores cometidos en una amistad?

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