Mariana era una niña de seis años. Mariana siempre jugaba sola.
Nunca tuvo amigos, y prácticamente se crio sola. Sus dos padres se la pasaban todo el día trabajando y llegaban a las nueve de la noche, con los hombros caídos y un cansancio que los hacia dormir apenas tocaban la cama, todo para poder darse lujos que supuestamente eran necesarios.
Todo cambió para Mariana cuando Andrea apareció. Ya que era una niña muy linda de tez blanca y cabello castaño amarrado con dos largas clinejas y un vestido azul. No era la niña más alegre pero Mariana hallaba en ella toda la compañía que necesitaba. Ambas jugaban todos los días, esto la hacía muy feliz. Compartían horas jugando a las escondidas, a las muñecas, incluso saltaban la cuerda.
A Mariana ya no le importaba que sus padres no le prestaran atención.
Un día, sus padres recibieron una llamada, a pesar de estar ocupados ambos asistieron a la escuela, ansiosos. La maestra de Mariana estaba preocupada, decía que su hija no quería jugar con ninguno de los otros niños, salvo con Andrea, una niña de la que hablaba durante todo el día.
La maestra le pidió que le presentara a su nueva amiga, esta se negó, diciéndole que era muy tímida. Y cuando preguntó a los demás maestros por una niña con ese nombre, ninguno pudo darle respuesta. Ella habló seriamente con Mariana respecto a mentir y estar inventando personas, a lo que me respondió histérica y con un arañazo en la cara.
Los padres de Mariana quedaron atónitos ante este comportamiento. Ella siempre había sido una persona tranquila.
Al llegar a casa decidieron tener una reunión familiar. Le preguntaron a su hija porque había hecho semejante cosa. La niña se encogió de hombros y respondió que su amiga Andrea le dijo que lo hiciera. Ambos adultos miraron sus rostros. Al preguntarle quien era Andrea la niña sólo dijo que era su nueva mejor amiga y que estaba ahí con ellos. Su madre se sobresaltó, asustada, su padrea en cambió se masajeó las sienes con impaciencia, había tenido un día estresante en el trabajo.
Le explico a su hija que esa tal Andrea no existía, y de hacerlo no quería a alguien como ella cerca de su amiga.
Luego de ese día, Andrea no volvió a jugar más con Mariana.
Una semana después, mientras esperaba a su maestra en el salón de clases, el director entra para notificarles que la maestra no iba a poder venir por un tiempo. El chisme se corrió y la razón se debió a un accidente automovilístico que sufrió camino a la escuela. Se encontraba en el hospital en estado de coma.
Mariana se puso triste al saber esto, pero siguió con su vida normal.
Extrañaba a su amiga, volvía a sentirse sola. Ahora los otros niños la trataban mal y la apartaban, decían que era rara. Todos los días llamaba a Andrea antes de irse a dormir.
Las cosas también empeoraron en su casa. Sus padres peleaban constantemente, y al cabo de un par de semanas se separaron.
Mariana consiguió un cuaderno, en este escribía a Andrea todos los días antes de dormir. Nadie la quería, ahora vivía a dos casas diferente, necesitaba desesperadamente a su mejor amiga.
Un día en la escuela es llamada por el director, su madre la estaba esperando afuera. Al parecer el padre de Mariana había sufrido un terrible accidente, ya se encontraba camino al hospital. Ellas fueron directamente allí para esperarlo…pero nunca llegó, el señor murió en el camino a consecuencia de una hemorragia interna.
Para Mariana, el mundo parecía que se iba a venir abajo.
Al llegar a su casa, aún con ojos hinchados de tanto llorar, y entrar a su cuarto percibe que no estaba sola. En efecto Andrea la estaba esperando sentada en la cama, llevando sus clinejas y su vestido, se le veía muy feliz.
Mariana quedó en shock, su mejor amiga había regresado.
Cuando le preguntó dónde había estado todo este tiempo, ella sólo respondió:
Me estaba asegurando de que nuestra amistad durara para siempre. Tu maestra y tu padre ya no intentaran separarnos. Ahora descansaran eternamente en el mismo lugar que yo.
