Dicen que estamos buscando incesantemente la felicidad, que todos podemos ser felices y que la felicidad no la compra el dinero, yo estoy de acuerdo con todas las anteriores.
A eso vamos a sumarle todas las interrogantes mundiales, la terrible pandemia que estamos viviendo, el mundo se ha visto expuesto a su mayor miedo colectivo. Existen varias teorías conspirativas, muchos testimonios y demasiados enfermos.
Estos días a muchos nos han servido para pasar tiempo en casa, tomar un ritmo más despacio y pensarnos muy bien los siguientes pasos, el mundo se está tomando un tiempo.
Debido a la crisis venezolana ahora tengo amigos y familiares regados en el planeta y eso nos ha hecho aprender de otras culturas, lamentablemente veo que no importa donde estés, la importancia de tener serenidad y calma es fundamental para sobreponerse ante cualquier circunstancia.
En esta foto estoy en una playa venezolana, ahí es donde encuentro la mayor serenidad
Ahorita todos sentimos ansiedad por que todo esto pase pronto, queremos salir corriendo en libertad (yo soy una), retomar nuestras vidas, abrazar a nuestra gente querida, etc... Pero ahí es donde hay que respirar profundo y saber que todos estamos en el mismo proceso y que quizás sea buena hora de mirar hacia adentro y escuchar nuestros propios pensamientos.
Hay muchas noticias, mucha información falsa, demasiadas cadenas de WhatsApp y las conspiraciones favoritas de cada quien... Entonces, bájate un ratico del mundo, baila una canción, medita, escuchate y trata de recobrar tu calma.
Que el caos no habite dentro de tí.
Somos lo que sentimos, por eso no debemos evitar sentir, porque entonces estamos evitando aprender de nosotros mismos.
Hay que abrazar las emociones para aprender de ellas y crecer.
Los días serán mejores cuando nosotros lo seamos, cuando empecemos a agradecer las pequeñas cosas, a relajarnos más y ser como un río... En vez de querer atravesar la piedra el agua la rodea y continúa su camino, reconoce el obstáculo, aprende de él y continua, no se queda ahí chocando con la roca.
Siempre hay cosas que hacer, no te quedes detenido, rodea la piedra y avanza.
Encuentra la serenidad dentro de tí.
La fotografía publicada es de Otto Rodríguez, fue un regalo para mí
