¿Será que es justo para esas personas que se fotografíe esto?
¿Habrán estado de acuerdo con el registro fotográfico?
¿Habrán posado?
¿Querrían la presencia fotográfica?
¿La cámara forma parte del momento que se vive?
¿En cuál medida el texto acompañante a la fotografía guía mi interpretación?
¿Quiero publicar una fotografía y guiarla con mi interpretación?
¿El significado cambia dependiendo del encuadre que se decidió utilizar?
Así, nos acostumbramos a visualizar fotografías de protestas, de catástrofes, de personas con hambre, de fallecidos, y sólo recordamos, las que entre todas, sorprendieron más.
Y a sabiendas de esto, quién busca las fotografías
¿Se dedica a buscar la imagen más impactante?
¿Vale más la fotografía mientras el dolor del retratado es mayor?
Se manejan situaciones como objeto de consumo visual, como pieza de exhibición, como producto mercantil: las fotografías se observan, impresionan, causan conmoción o contradicciones, generan exclamaciones, y se olvidan.
De esta manera, Sontag (2004: 42) advierte:
Pero las imágenes de lo repulsivo pueden también fascinar. Se sabe que no es la mera curiosidad lo que causa las retenciones del tráfico en una autopista cuando se pasa junto a un horrendo accidente de automóvil. También, para la mayoría, es el deseo de ver algo espeluznante (...). No todas las reacciones a estas imágenes están supervisadas por la razón y la conciencia.
¿Por pertenecer a un grupo de documentalistas y fotoreporteros?
¿Para visibilizar y crear consciencia de lo que estaba sucediendo?
¿Para ganar prestigio y forjar una imagen personal?
¿Para crear un portafolio que permitiera conseguir futuros trabajos?
¿Por seguir una tendencia?
En el rol de fotógrafos/as ¿Cómo se manipula la dignidad del retratado? Se acostumbra a estar detrás del lente, y se olvida que también se puede estar adelante de el, en ese caso ¿El/la que fotografía se sentiría cómodo/a siendo retratado en una condición vulnerable? ¿Querría ser retratado para tener registro o ser usado mediáticamente, o se opondría?
Finalmente considero que más allá de fotografiar un hecho como registro de lo que sucede, como humanos, también nos gusta ver lo que consideramos situaciones deplorables, y en esta época de globalización, se ha vuelto un tipo de imagen comercial más, que refleja concepciones respecto al dolor: se puede ignorar fácilmente, mientras no nos identifiquemos con ello.
Durante la redacción de este escrito, me encontré con que surgen demasiados puntos e interrogantes por abarcar, ¡demasiados! Por lo que traté de enfocarme en las interrogantes que más recurrentes para mi en este momento, para finalmente plantearme:
¿Cuáles son mis límites entre la dignidad y la moral ajena?
¿Por qué quiero fotografiarlo?
Bibliografía
Sontag, Susan. (2004). Ante el dolor de los demás. Santillana Ediciones, Madrid.