La felicidad más que una meta, es la actitud de una intención (un estado mental y emocional saludables), que procura el bienestar a pesar de las adversidades.

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Foto concedida por Fabiola Pérez y Johan Ramírez (Hijo - Nuera) quien son los que salen en una velada nocturna en Playa Chichiribiche - Venezuela La imagen la coloqué a propósito del tema que les comparto, a manera de ilustrar uno, de los tantos estados conscientes en los que se expresa la felicidad

Saludos llenos de afecto y alegría esteemadísimos amigos, sobran los motivos para expresarles mi gratitud y estima, muy a propósito para compartirles este artículo que habla precisamente de la felicidad, el eslabón perdido que todos buscamos y que está más cerca de nosotros de lo que podemos imaginar, si me siguen con la lectura podemos transitar juntos el camio que nos llevara a la conquista de la tan ansiada felicidad, me acompañan? vamos!

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Desde que comenzamos a usar, el escaso porcentaje (3%) de conciencia que tenemos despierto, nos escuchamos decir, porque me incluyo, que deseamos ser felices, crecemos con ese chip en nuestro cerebro repitiendo a lo largo de nuestras vidas, "Cuando yo sea feliz, o cuando tenga esto o aquello, habré alcanzado la felicidad", ¿cierto?

Se nos pasa la vida proyectando un futuro que nunca alcanzamos en la búsqueda de esa piedra filosofal, que lo que se convierte es en una piedra de tropiezos, y nunca encontramos el anhelado Santo Grial de nuestros mágicos poderes.

Sucede que concebimos la felicidad como una meta, lo mismo que ocurre con el amor, el cual es un constructo emocional de una enorme fuerza interior y no una ilusa fábula de convulsos delirios, al que buscamos y buscamos por entre rincones, rompiendo en ratazos nuestros anhelos y deseando muchas veces no encontrarlo, ya que lo idealizamos tanto, poniéndolo en una burbuja ilusionista,y cuando esa burbuja eclosiona en mundo real, le hace ruido a nuestra egoica vanidad y ésta, decide rechazarlo .

Pues humanizamos el amor en la imagen de una persona en la que erróneamente pensamos que es la fuente de ese sentimiento, cuando la realidad es, que lo podemos obtener de nuestra propia fuente interior, en la medida que lo comprendamos y lo veamos de acuerdo a nuestra capacidad perceptiva y a nuestra estatura espiritual.

Para el filósofo Griego Aristóteles, la felicidad es una actividad que desarrolla cada individuo de acuerdo al caudal de virtudes que posea, en armoniosa concordancia con nuestros sentidos sentidos de percepción superior.

Sócrates por su parte afirmaba que la felicidad es el objetivo principal de la existencia, principio del cual parten todas las demás acciones.

La real academia la define trayendo el término del latín del nominativo singular felicítas y el genitivo singular también, felicitatis, derivándose a su vez de félix que significa fértil, fecundo. Partiendo de este tópico más contemporáneo y a mi parecer más objetivo, pues la apreciación de los filósofos, aunque muy acertada y la respeto, pero es un tanto idealista para aplicarla a nuestros tiempos reales. Pudiéramos agregar que la felicidad es un estado mental y emocional positivo en el que las emociones y pensamientos alcanzan un equilibrio ideal, para enfrentar las diferentes situaciones (buenas o malas) que se nos presentan día a día, sin que éstas alteren nuestra estabilidad integral de nuestro ser.

No podemos dejar de mencionar a Freud, quien con su singular escepticismo nos dice que la felicidad es algo utópico, que no depende de las acciones del mundo real, pues los individuos, afirma, pasan mucho tiempo padeciendo situaciones desagradables, que no le permiten encarnar experiencias positivas y si las llegasen a vivir, se hablaría entonces, de una felicidad parcial.

Entonces amigos, aplicando los significados a nuestra realidad inmediata, resolvemos que para lograr ese optimo estado de bienestar y me perdonan si con esto me estoy mostrando estoica, es necesario enfocar nuestra vida en el aquí y en el ahora, dejando el pasado en su lugar, y evitar pre - ocuparnos por un futuro que aun no llega, asumir una actitud flexible ante los posibles nudos críticos que se nos presenten, y soltar las amarras con serenidad y aplomo, no quiere decir esto, que eventualmente no se nos escape un grito, una lágrima o una palabrota indecorosa, pues eso también forma parte del aderezo que le queramos adicionar al delicioso banquete que se llama el privilegio de vivir.

Así concluyo esta breve reseña de éste tópico tan solicitado por nuestra naturaleza humana, que como ven es más fácil de alcanzar e internalizar de lo que habíamos imaginado.Espero les haya gustado amigos y no olviden comentar.

Infinitas gracias y felices abrazos

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