Para ti.

Te extrañé, aún teniéndote a mi lado.
Te busqué, pero sólo me diste la espalda.
Lo intenté, aunque no te importara.
Te entregué todo mi tiempo, segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, pero no te bastaba.
Te puse por delante de mi, una vez, otra, y otras tantas, hasta casi olvidarme de que existía.
Traté de ayudarte, aunque no me lo pediste.
Me quedé a tu lado, aunque me decías que me alejara.
Te di el cariño que sabía dar.
Resistí a tus ofensas.
Me hice fuerte ante tus insultos.
Continué a tu lado, aunque me dolía.
Las fuerzas se me agotaban.
El aire me faltaba.
No vivía por mi, vivía para ti.
Pero nada fue suficiente.
Nunca cambiaste. Ni siquiera lo intentaste.
A veces parecía que todo mejoraba, pero en un santiamén, decaía.
Y me quemó. Me dolió.
Por poco perdí las fuerzas.
La voluntad comenzó a darme la espalda, casi de la misma manera en que tú lo hacías.
Grité.
Lloré.
Peleé con el universo.
Mas nunca te diste cuenta de lo que me hacías.
Di todo de mi para ayudarte, sanarte, pero en cambio me dañaste.
Hasta que no pude aguantar más, no supe aguantarte más.
Ahora fui yo quién dio media vuelta.
Gritaste.
Lloraste.
Corriste detrás de mi.
Pero ya era muy tarde.
En mi no había más espacio.
Para tu egoísmo.
Para tu tristeza.
Para tu dolor.
Para tu odio.
Para tu esencia.
Para tu extraño amor.
Para ti.

Y la libertad me encontró.


FUENTE

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now