El misterio de ti

Hoy debo admitir que me he sorprendido muchas veces pensando en ti, deseando saber cómo es tu rostro y que ocultas bajo esa mirada, imaginando tu sonrisa, la que con arrogancia presumes, queriendo escuchar tu voz, queriendo entrar en tu alma.

Te he imaginado, nos he imaginado y en un capricho mío por querer encontrarte, te he buscado en el rostro de otras personas, he visto en sus ojos y esperando una sonrisa de vuelta me he decepcionado una vez más. Y si de confesiones se trata, me aterra pasarme la vida buscándote entre las calles, anhelando un encuentro furtivo, fantaseando con poder por fin conocerte.

Nos he imaginado tras la estela de un mágico sueño, en el que claramente no somos un amor eterno, pero en el que compartimos una fugaz aventura, las cuales no se desbordan en las pasiones del sexo, la cual no acabará con un beso furtivo, pero que perdurará en mi mente como un inocente juego de niños.

Ahora me justifico diciendo que quizá peco de curiosa, que lo que me atrae de ti es la intriga y el misterio que te envuelve, y que una vez pasado el primer encuentro dejarás de importarme, verdaderamente no lo sé.