El cuerpo como medio de expresión

A lo largo de la historia, el concepto del cuerpo fue y es clave cultural y social. En toda sociedad, el cuerpo además de ser un hecho biológico, es un territorio cargado de representaciones en donde permanentemente se construyen y reconstruyen imágenes culturales, donde se elabora un mundo simbólico, del significado y del sentido, en donde se dejan notar el espacio y el tiempo, y en donde se proyectan señales de identidad y de alteridad. Estos significados y simbologías están sujetos a su contexto geográfico pues toda sociedad tiene una idea del cuerpo social e individual tomando en cuenta su contexto.

Al ver al cuerpo como un símbolo de la cultura y de la sociedad en donde nos hallamos inmersos, nos aproxima a la comprensión del mundo que nos envuelve, dándole a través de él sentido a la materia.

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El cuerpo no es una cosa, una sustancia o un organismo, sino una red plástica contingente e inestable de fuerzas sensoriales, motrices y pulsionales, o mejor aún, una banda espectral de intensidades energéticas, acondicionada y dirigida por un doble imaginario: El imaginario social y el imaginario individual.- David Le Bretón

Sabemos que existen arquetipos de belleza en la sociedad actual, estos se muestran a través de los medios de comunicación como estereotipos e influyen en nuestras vidas de manera considerable, modificando nuestra visión del cuerpo por medio de ciertos patrones o cánones propuestos por los medios de comunicación y logrando sociedades industriales de consumo de masas donde el cuerpo es el elemento de consumo. Poder conocer las perspectivas acerca de nuestros cuerpos, de los estereotipos, ideologías y sueños que nos guían así como las imágenes corporales que presenta el mundo mediático nos invita reconocer los procesos a los que el cuerpo se ve expuesto.

Le Breton (2000 2-1): “Las representaciones sociales del cuerpo están siempre insertas en las visiones del mundo de las diferentes comunidades del cuerpo” (27)

Encontramos entonces que el cuerpo no solo se atribuye a elementos biológicos o de reproducción sino que también actúa como atractivo visual, medio de consumo y también de expresión.

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En este sentido, el cuerpo actuaría como una herramienta que permite y hace parte de la transformación social del sujeto, da paso a la formación y expresión de su propia identidad, además de ser una representación artística de los fenómenos culturales de la sociedad y un medio de expresión no verbal; por medio de signos y representaciones los valores y normas que regulan desde el cuidado y mantenimiento del cuerpo hasta los intercambios sociales: psicológicos, relacionales, sexuales, etc.

Actualmente podemos percibir el mundo a través de las imágenes que recibimos del cine, la televisión y las redes de comunicación en general las cuales remiten al uso del cuerpo como objeto y/o espacio de interacción simbólica entre los diferentes actores sociales.

El uso social del cuerpo debe partir del estudio de la forma exterior (apariencia) para determinar la identidad interior, que a su vez es el reflejo de los valores y normas sociales que regulan los intercambios de los actores en cada momento histórico y en cada sociedad.

Como apunta Martínez Barreiro (2004), “el cuerpo, junto a su envoltorio, es el primer signo mediador en la nueva relación social; pues es aquello con lo que nos presentamos. El cuerpo habla por sí solo...”

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El cuerpo por tanto aparece como el escaparate desde el que los demás examinan y observan nuestras dimensiones individuales y colectivas; desde el que se muestra información tan diversa como los propios discursos corporales puedan mostrar: valores psicológicos, sociales, estereotipos y tópicos, pero también cuestiones de identidad como la pertenencia a grupos, la extracción social. El cuerpo es un lugar de inscripciones de muy diversa índole.

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Lo que expresamos por medio de nuestro cuerpo a través del lenguaje gestual tiene un significado, las cosas más simples como un apretón de manos, la mirada, la postura, la forma de caminar, de hablar, de mirar y hasta el tono de la voz puede ser interpretado. Cuando tenemos expresiones que son muy habituales hablamos de que existen una historia relacionada con el pasado de la persona, por ejemplo si en la infancia interactuar fue difícil por “Xs” motivo, los patrones corporales, movimientos y expresiones se tornarán menos espontáneos y libres.

El cuerpo nos habla y dice más de lo que creemos, un ejemplo de ellos son las distintas partes del cuerpo humano tienen un simbolismo según las funciones que desempeñan en su relación con las interacciones sociales, personales y con el entorno o la realidad.

Los Sentidos nos permiten conectarnos con el mundo exterior y tener contacto sobre el entorno, las piernas y pies nos brindan soporte, estabilidad y movimiento. La pelvis interviene en la micción y defecación, los genitales se relacionan con la intimidad y calor afectivo de la relación sexual, el pecho es el contacto afectivo con el mundo, en él se halla el corazón a través del cual simbolizamos nuestros sentimientos respecto a la vida y el temor a la muerte.

En la espalda se hallan las cargas y responsabilidades, de sus músculos surge la fuerza de la agresividad y la voluntad. Los brazos son el medio para el contacto social, manejo de la realidad y defensas, las manos son herramientas para la acción.

El cuello mantiene el control y la estabilidad de nuestro alrededor, pues sostiene la cabeza donde se halla el control personal y el raciocinio. Y la cara es nuestro contacto directo con el mundo, el signo de identidad.

Cuando no se expresan adecuadamente las emociones y están son reprimidas se acumulan y nuestro cuerpo busca la forma de expresarlas a través de dolencias físicas. En este sentido, dichas dolencias conllevaría entonces somatizaciones simbólicas, por la inhibición de impulsos y emociones que generan tensiones musculares crónicas o agudas, trastornos de la respiración y ansiedad generalizada.

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De acuerdo a esta perspectiva si surge en nosotros una limitación a nivel de la movilidad de nuestro cuerpo esta será el resultado a dificultades emocionales, no resueltas durante la infancia que se han venido acumulando a lo largo del tiempo y ahora han creado tensiones que chocan con la exigencia de la realidad adulta y del presente, por supuesto esta rigidez física impide que la persona se relacione adecuadamente con otros y se sienta cohibido no solo a nivel motriz.

He ahí la importancia de tener pleno conocimientos sobre nosotros mismos, así como la capacidad de integrar sensaciones, sentimientos, emociones y procesos mentales racionales y expresarlos no solo a través del cuerpo con ejercicios físicos sino también con la palabra.

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