Hola comunidad de Steemit. Hoy les contaré algo sobre el día a día en el hospital, pero no es algo asociado al tema de salud.
Les contaré sobre mi primer día en la rotación de ginecología y obstetricia. Para inicios del mes de marzo empezó la rotación e el servicio de ginecología y obstetricia, eran nueve semana de rotación, fueron semanas muy largas, fue una rotación eterna y bastante movida, en las guardias de 24 horas no solía pegar un ojo para al menos echar una siesta relámpago, recuerdo que el primer día en la rotación, después de ver las clases con el especialista adjunto, un doctor que recuerdo por ser algo gruñón de habla muy lenta, después de regañarnos de bienvenida nos manda a nuestro servicio, era mi primer día en sala de parto. Antes de ir al servicio es bueno leer sobre todo lo que tienes que hacer, estudiar sobre el tema y leer las técnicas que se usan en cada procedimiento, antes de atender un parto primero me tenía que estar familiarizado con el servicio y ver que tenía que hacer en cada lugar y aprender los protocolos, después de hacer el monitoreo de signos vitales que cada paciente y de escribir nota de recibimiento, evoluciones y actualizaciones me llaman para atender un parto, cabe destacar que lo más cerca que había estado de un parto fue cuando lo vi en mi casa en un documental y en un par de videos así que fue inevitable sentir nervios, o esa sensación de montaña rusa en el estomago, al final yo no soy de los que se echan para atrás por el miedo así que puse mi mejor cara valentía y optimismo para ir al campo de guerra fingiendo no tener miedo de nada 
después que ya estaba la paciente en posición ginecológica, de colocar los campos estériles, iban preguntándome sobre algunas maniobras y al mismo tiempo me explicaban otras, hasta que veo como hacen las maniobras después de darle ánimos a la paciente para que continúe su labor, al momento de darle el bebé a la madre tienes una sensación extraña, algo en ti dice que estás haciendo bien las cosas, pero al mismo tiempo está aquella parte de mi que decía "dios mío ¿eso se abre tanto así? ¿De verdad cabe en un bebé por allí? ¿Que es esto? Pero eso solo fueron los pensamientos que tuve al momento de observar cómo se atendía un parto, hasta que el residente me llamó para que entrara a la siguiente sala de parto con otro paciente, está vez me tocaba a mí atenderlo, después de ponerme mi bata estéril y colocarme los guantes, después de estar allí sentado en el banquillo no déjala decir "vamos mamá, puja, ahí viene, puja que viene bailando joropo zapateado" aunque al mismo tiempo no dejaba de pensar 
"¿que hago yo metido aquí? ¿En momento de la vida terminé atendiendo partos? Pero solo es la adrenalina del momento, a pesar de que sabía lo que estaba haciendo no dejaba de tener un cierto temor en el fondo, pero algo que es muy seguro es que volvería hacerlo otra vez, después de ese parto atendí muchos más y en esa rotación y no sólo los partos, asistí en otras cosas que luego les contaré.
También hice grandes amistades tanto con los residentes como con muchos compañeros internos que siempre trabajaban duro por hacer bien las cosas, en mi grupo de guardia son muy buenos compañeros. Muchas veces cuando el movimiento de paciente era relativamente bajo en las noches, tomábamos un rato para descansar y en varias oportunidades terminábamos contando historias de fantasmas hospitalarios, supongo que era una manera de mantenerse despierto también de hacer la guardia más llevadera, porque al final de todo cuando pensaba que podías dormir 30 minutos llegaba un paciente nuevo. Después de varias semanas, después de llenar mi récord de partos me enviaron a quirófano para asistir en las cesáreas, en quirófano el ambiente es más tranquilo, a pesar de que siempre estás contra el reloj es un servicio bastante tranquilo, en el sentido de que solo sientes paz porque de alguna manera no sientes el caos de la emergencia obstétrica, era tan movido el número de paciente como lo era en la emergencia, pero no había el ruido excesivo de la emergencia, estamos siempre con música bastante suave y relajada y esto creaba un aviente muy armónico, tal vez nos salpiquemos un poco con fluidos corporales ajenos pero todo es por una buena causa fin y al cabo. 
Es un servicio muy movido, es agotador la cantidad de trabajo que tienes pero insisto que es una de las mejores experiencia que se pueden vivir.