Jack Star. Sección 2 -- Mi pequeña Editorial (Capítulo 4)

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Jack Star. Sección 2

CAPÍTULO 4

Ocaso

Tema: El día que el tiempo se detuvo


Desierto indeterminado en Vuln IV -- Fuente Pixabay


Debía ser tarde, pues un plateado ocaso se adivinaba en el horizonte. En Vuln IV los días eran más largos que en el planeta natal humano, duraban sesenta horas y la traslación del planeta alrededor de Sigris era el equivalente a tres años terrestres.  

  - Estoy bien jodido… -dijo Jack en voz baja, en un medio susurro. No había mucho a su alrededor, sólo piedra y más piedra en aquel páramo yermo de tierra rojiza.

Tenía que moverse, no podía seguir allí sin hacer nada. Después de que los vulnianos interceptaran la nave debió quedar inconsciente en aquel lugar. No sabía cuánto tiempo lo estuvo, ni cuántos de los suyos no habían sido capturados aún. Quizá todavía quedaba alguien más que, como él, seguía con vida. Desenfundó su fusil de plasma para comprobar si le quedaba algo que todavía sirviera…  

  - ¡Vamos…! -pensó, mientras oía cómo su arma se activaba con una especie de silbido sordo- Por fin una buena noticia.

Carga completa. Jack miró a su alrededor, fuese a donde fuese, la decisión iba a ser prácticamente aleatoria. Así que comenzó a andar en dirección sur, hacia donde Sigris se escondía. En Vuln IV amanecía por el norte y anochecía por el sur y, si ya estaba oscureciendo, debía haber perdido casi un día vulniano entero, al menos cincuenta horas.

Cincuenta horas perdidas.

Tal vez todo el escuadrón ya había sido encarcelado o, peor aún, ejecutado. Pero, por qué no él. Siguió avanzando. Debía ser tarde, pues un plateado ocaso se adivinaba en el horizonte.


Como pez en el agua

Tema: Clon


Estación espacial GENOSTAR -- Fuente Pixabay


Un pequeño arroyo apareció delante de Jack. Llevaba toda la noche avanzando, la oscuridad era su aliada; sólo tuvo que seguir el rumor del agua durante unos minutos. Aunque cada vez el cuerpo le dolía menos, estaba sumamente cansado y aquel arroyo prometía salvarle la vida. Había también algunos peces y Jack creyó que podría coger alguno, no sin antes errar al menos un par de intentos, iba a necesitar provisiones. Fue el sabor de aquel pescado crudo lo que le transportó a un tiempo pasado. Un sabor muy parecido al del GenoGel que tomaba previo a cualquier intervención en la estación orbital GenoStar.

Cuando en el año 2074 la humanidad permitió la primera clonación humana, el ya estable Gobierno Mundial (situado en Caracas la Nueva) apostó fuerte por una nueva iniciativa para la modificación genética: El Proyecto GenoZeta, orientado al fortalecimiento militar; una nueva era de soldados modificados, mejorados.

Un pegajoso ruido le hizo volver. Eran los vulnianos, lo habían encontrado. Casi no tuvo tiempo para alcanzar cobertura, ni pudo recoger su fusil de plasma del suelo. El hambre pudo más que la razón.  

  - ¡Walder! Maldito bastardo… ¡arj! -alcanzó a decir Jack mientras uno de esos bichos lo agarraba. Cinco mastodónticos soldados le rodeaban, sin embargo, pudo ver al  maestro informático del pelotón tras uno de ellos. ¡Acompañaba al enemigo, era el topo!

Jack Star estaba perdido. Vio como aquel monstruo alzaba el aguijón facial por encima de su cabeza y lo precipitaba hacia él.

«Crackj»… El cráneo del joven soldado crujió irremediablemente.


Hogar

Tema: El portal


Código madre para teletransporte humano -- Fuente de la imagen


Joby Crocoi era un escarabajo carnívoro. La especie Krapus había poblado el planeta Vuln IV desde tiempos inmemoriales y su familia siempre había vivido en ese arroyo. Joby era un responsable padre de familia, tenía una esposa encantadora y siete pequeños escarabajos preciosos a los que alimentar. Esa mañana se unió temprano a la partida de caza, corrían rumores de que un gigantesco ser extraterrestre había sido abatido muy cerca. No tardaron en encontrarlo, lo primero que vio fue la oreja derecha del gigante. Trepó, saltó sobre el frío pómulo y… ¡eureka! Allí estaba, menudo manjar, el cuerpo aún tenía sus dos esferas gelatinosas y lucían bastante frescas. Habían llegado a tiempo, Joby clavó una de sus aserradoras patas en el lateral de la esfera derecha.

De repente un tremendo círculo negro brillante apareció encima de todos ellos.

  - ¡Rápido, aborten! –gritó el capitán de partida. Joby miró hacia arriba, aterrado, jamás había visto algo así. Apenas pudo reaccionar, la brillantez de aquel círculo lo envolvió todo.

La doctora Miles y su equipo de ingenieros lo había conseguido. Después del último desastre de incursión, tenían de vuelta el cuerpo de Jack Star; la importancia de este teletransporte se respiraba. No podían permitirse perder así como así a uno de los soldados más prometedores del Proyecto GenoZeta.

  - Secuencia XR-1124 completada –dijo Miles con cierto aire de euforia antes de cerrar las comunicaciones con la Oficina Central de la estación GenoStar.

«Pero qué carajo…», pensó Joby Crocoi al verse en un sitio tan diferente a su hogar.



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