"El villano sin autor" (MicroCuento500 a partir de una imagen #1#)

Clavius Vins y sus dos asesores, la señorita Daimons y Robobot - Fuente de la imagen


Clavius Vins vivía en la Ciudad de las Máquinas y era dueño de la mayor fábrica de juguetes que nunca nadie hubiera visto. Siempre estaba acompañado de la señorita Daimons y de Robobot, sus leales secuaces… uuuh, perdón, ¿dije secuaces?, eeeeh… quise decir asesores. Sí, eso, asesores. Clavius y sus dos asesores se levantaban temprano cada mañana, sin descanso, para regentar y hacer posible la fabricación, distribución y funcionamiento de su tan flamante dedicación: hacían llegar juguetes a cada rincón del país, a cada niño; y nunca un lugar fue tan feliz y sonriente como aquel.

Pero Clavius no era del todo feliz. A pesar de llevar la felicidad a todos y cada uno de los niños de aquella ciudad y aquel país, sobre Clavius caía un tremendo pesar que le atormentaba. Cuantos más juguetes repartía, más atormentado se sentía; cuantos más niños eran felices gracias a él, más desdicha invadía su alma; que crecía la demanda y tenía que contratar nuevos trabajadores, haciendo feliz a nuevas familias, más y más oscuro se volvía su corazón. Y es que para Clavius Vins y sus dos… a-se-so-res… todo eso, todo lo que hacían y lo que conseguían, era justo lo contrario de lo que en realidad querían.

La Ciudad de las Máquinas no siempre fue un lugar como lo es ahora. Hace cincuenta años, cuando todavía Clavius era sólo un niño, la ciudad no se llamaba así, si no que su nombre era Ciudad de los Campos; y en lugar de tener un cielo lleno de humo gris y negro procedente de las innumerables fábricas que ahora inundaban la ciudad, un azul celeste y acogedor iluminaba los valles y ríos y bosques y pájaros que ahora sólo brillan por su ausencia, y cada vez más, en todo el país. Un lugar antes lleno de naturaleza, paradisíaco, se había transformado en otro lleno de humo y bullicio, sombrío. Paso a paso y sin que la gente se diera cuenta el stress se apoderaba de todo y todo, sin lugar a dudas, gracias a Clavius Vins y sus dos… sí, por qué no admitirlo: Secuaces.

Clavius siempre quiso ser un gran villano de cuento, el más malo entre los malos, y la señorita Daimons y Robobot siempre estuvieron ahí para ayudarlo. Aunque siempre tuvo una gran pega, un dato, un hecho, que le impedía ser un villano en condiciones. Y es que nunca tuvo un héroe que le plantara cara. Alguien para combatir su malvado plan oscurecedor. Ni tenía héroe, ni tenía autor que contara sus peripecias. Y, bueno, al autor ya lo ha encontrado. Al héroe, está por ver.


Este es un micro-cuento de menos de 500 palabras original e inédito de @salvao, creado a partir de una imagen. Si os ha gustado, podéis encontrar otros relatos, poemas y mucho más en mi blog.

¡Un saludo a tod@s y gracias por leer!


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