una vez sueltos, me siento más liviano, me elevo,
paso de ver mis piernas a ver mi cabello,
sigo subiendo.
Nada pierde el foco, nada se ve borroso,
subo más y ahora puedo verme sentado, a punto de transformarme en un punto,
los edificios me saludan al pasar junto a ellos,
luego veo sus terrazas,
sigo subiendo.
Pierdo interés en lo demás, pues las montañas son mucho más maravillosas,
las recorro, siento la energía que hay en ellas,
los arboles ya no tienen olor,
son más.
Cuando logro alcanzar las nubes ya no puedo pensar,
me siento pleno, me expando de alegría,
como si la misma brisa recogiera tú cabello con sus manos y te besará la piel,
quiero seguir subiendo.
Me sigo dejando ir, ahora soy más,
no veo a nadie, no hay más montañas,
ahora las estrellas son quienes me acompañan,
el Sol baña todo con su luz, pero voy asciendo a la oscuridad.
Son una célula flotando en el cosmos, y me expando,
ya no logro ver nada, pero juro escuchar sus voces,
me hablan del amor, aun más,
lo siento, siento el calor de sus abrazos aunque ya no llevo la piel.
Me sigo expandiendo, no puedo contenerme ni un segundo más,
es tanto amor que no me cabe, no duele.
Exploto, exploto sobre todo,
ahora las células de ese amor se esparcen por el Universo,
el éxtasis es mayor, como si cada partícula de tu cuerpo suspirara,
y regreso.
Gracias por leerme, espero con los dotes de su imaginación puedan vivirlo y sentirlo. Besos.