ONÍRICO - Una palabra para hoy


La serie Una palabra para hoy, son posts que buscan rescatar o dar a conocer palabras del español para ampliar el léxico, mejorar el vocabulario y cultivar la riqueza de nuestro idioma. Espero que los disfrutes.


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Fuente


ONÍRICO, CA

«El simbolismo fue un estilo de corte fantástico y onírico, que surgió como reacción al naturalismo de la corriente realista e impresionista...» (Aquí)

«Describe un mundo onírico, demoníaco, opresivo, de innumerables tormentos.» (Aquí)

«Llegas e invades mi estado onírico

La RAE define esta interesante palabra como:

Del gr. ὄνειρος óneiros ' ensueño' e ‒́ico.

adj. Perteneciente o relativo a los sueños.

Puedes consultar este término en el siguiente enlace de la Real Academia Española. Aquí

Mi comentario:

      Onírico es una de mis palabras favoritas, por dos razones; su sonoridad, la cual remite a algo misterioso, y no se desentiende mucho de la segunda razón, lo que significa, pues hace referencia al mundo de los sueños.

      ¿Cuántos hemos experimentado poder volar en un sueño? Yo he superado las barreras gravitacionales en muchos de ellos. En mi estado onírico he sentido las cosas más sublimes, como el abrazo de un ser ya desaparecido, el referido vuelo; he probado comidas exquisitas, he tenido sexo, he llorado, me he encontrado viejos amigos, pero también la sensación de miedo que da una persecución o el dolor que causa una herida. Estoy seguro de que muchos han experimentado la caída desde algún lugar alto, y otros tantos han terminado en el suelo... yo me anoto entre esos.

      El mundo onírico es sin lugar a dudas un espacio o estado (por no hallar un mejor término) en el que las leyes naturales pueden desaparecer o por el contrario pueden acrecentarse. Es un mundo que crea el que lo experimenta, que de cierta manera refleja parte del mundo interior, que muchas veces ni nosotros mismos conocemos. De ahí que surge una corriente de la psicología denominada onirismo que busca dar explicación a conductas a través de la interpretación de las cosas que se sueñan. Es algo realmente interesante, pero no pasa de ser una pseudociencia. Sin embargo, esto se remonta a tiempos pasados, pues ya los griegos, y no es ninguna sorpresa, conocían de esto y, como siempre muy acertados, daban una respectiva explicación.

      Esta es una hermosa palabra que suelo utilizar en mis escritos, te invito a que evoques maravillas y terrores a través de ella. Veamos de dónde viene esta peculiar palabra.



Origen:

      Onírico hace referencia al sueño, pero no en el sentido de dormir sino de soñar. La palabra tiene su etimología en el griego oneiros u oniros, quienes representaban a las mil personificaciones del sueño. El término fue inscrito en el castellano durante el siglo XX. En esta época se hablaba ya del psicoanálisis, la doctrina psicológica fundada por Sigmund Freud, padre del psicoanálisis.

      Fue esta disciplina la que incursionó y dio origen a la interpretación de los sueños como posible herramienta que daría respuestas a las conductas humanas.

      Así fue como para 1930, la palabra onírico fue incluida en nuestros diccionarios. Estudios previos señalan que ya antes se hablaba de oniromancia, el arte de la adivinación a través de los sueños.

      Esta palabra se componía del ya mencionado oneiros en conjunción con manteia, del griego que significa arte adivinatorio. Similar origen tienen palabras como cartomancia y quiromancia.

¡Qué interesante! ¿Verdad?



En contexto:

      Martha Canfield en su texto Poesía onírica y sueños contados en la obra de Álvaro Mutis hace uso de esta palabra, precisamente, para tratar el tema de los sueños; de cómo lo onírico es llamado a colación como un mundo donde las leyes naturales no existen. Un enfoque desde la perspectiva del Romanticismo. Como se puede ver a continuación:

      «En toda la poesía hispánica anterior al Romanticismo - desde las cantigas medievales, al Romancero, a la gran poesía manierista y barroca del Siglo de Oro y en la literatura del siglo XVIII -, aparece una distinción neta entre pensamiento y elaboración onírica o, en otras palabras, entre la comunicación de la vigilia y la del sueño’.

      Así, lo que se sueña está libre de las reglas morales que rigen la vida en sociedad y el honor de una doncella no se compromete por el hecho de que su amante la sueñe entre sus brazos. En el Romanticismo, en cambio, y precisamente después del "siglo de las luces", el mundo del sueño y lo nocturnal se transforman en el ámbito privilegiado de la poesía.

      Bécquer convive con sus fantasmas y la poesía nace de estos seres fantasmales, producidos por el sueño y que están hechos de la sustancia del sueño...» Más información

Esto es todo por ahora. Hasta una próxima entrega de
Una palabra para hoy.



      Mi nombre es Roberto Carlos Durán, soy profesor de Lingüística y Literatura, y de español como segunda lengua.
      Me gusta escribir sobre las cosas que observo y siento. Apasionado de la narración y de la poesía.
      Mi intención es compartir contenido original y devolver a la comunidad lo mucho que he recibido. Es por ello que soy un miembro activo que busca ofrecer ayuda a quien la necesita, sobretodo en los aspectos que involucran a mi área.
      Todos son bienvenidos a este blog y espero que lo disfruten tanto como yo lo hago creando.



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