Me es imposible dejar de pensar en la grandeza de este mundo. Cada risa, cada lágrima y cada suspiro provocados por cada humano desde el comienzo de los tiempos, han subido a la atmosfera y constituyen nuestro oxígeno. En nuestra vida tenemos fragmentos de las personas que nos precedieron, inclusive sus dudas.
A veces digo que no miro lo suficiente el cielo, no me refiero a buscar formas en las nubes sino buscar respuestas a mis interrogantes, tal vez el misterio de la conformación de la tierra perdure un poco más pero mirar el cielo disipa mi angustia.
Yo creo que alli en el cielo hay "algo", un alma, un ente que me ayuda pero no está solo allí, sino en todas las cosas y todas las personas que me rodean.
