¡Hola resilientes!
Hoy os hablaré de un tema que puede ser crucial en nuestras vidas. La toma de decisiones puede cambiar nuestro rumbo o empujarnos hacia nuestros objetivos. Todo el mundo quiere tomar las decisiones correctas, sin embargo hay muchas veces que dudamos y no lo tenemos claro. En este post también os enseñaré algún que otro truco que podéis utilizar cuando os entren las dudas.
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LAS DECISIONES
Podríamos simplificar los tipos de decisiones que tomamos en 2 grandes grupos. Decisiones fáciles de tomar y decisiones difíciles de tomar, evidentemente existen infinidad de matices que dependerán de cada individuo.
Las decisiones fáciles de tomar son aquellas en las que una de las opciones es mejor que otra, en estos casos no tenemos problemas en decidir. Las decisiones difíciles son aquellas en las que no podemos distinguir que una alternativa sea mejor que las otras. Por ejemplo: ¿Estudio medicina o ingeniería? ¿Empiezo una relación o no la empiezo?
En estos casos no existe una opción mejor que la otra, las alternativas nos aportarán cosas distintas. Aunque sean diferentes nos aportan un valor X que no podemos medir y aquí es donde nos entran las dudas ya que la razón no nos da una respuesta clara.
LA TOMA DE DECISIONES
Podemos distinguir 3 formas de tomar decisiones:
Racional: Es la forma más habitual, sobretodo la utilizamos cuando las alternativas son medibles. Nuestra respuesta se basa en identificar lo que nos va aportar más beneficios, ya sea a nosotros o a quien corresponda, y tomar la decisión en consecuencia.
Impulsiva: La forma impulsiva de tomar decisiones se refiere a todas aquellas decisiones que tomamos sin analizar detenidamente los PROs y los CONTRAs. Muchas veces la adrenalina y las circunstancias nos empujan a tomar las decisiones de este modo. Otras tantas, simplemente la insensatez nos supera.
Inconsciente: La forma inconsciente es un poco más difícil de entender. En algunas ocasiones tomamos decisiones sin saber exactamente por qué lo hacemos, nuestra mente subconsciente hace su trabajo y nos “empuja” a tomar una decisión en concreto.
Si todas las decisiones fueran fáciles, por ejemplo decisiones medibles, y utilizáramos nuestra racionalidad para tomarlas el mundo sería aburridísimo, además de previsible y monótono.
Por ello, le doy las gracias a que existan las decisiones difíciles que nos empujan a abordar en lo más profundo de nuestro ser y de nuestros valores.
¿CUÁNDO TOMAR UNA DECISIÓN?
El primer consejo que os voy a dar lo he utilizado muchas veces con buenos resultados. Este consejo no os va a ayudar a seleccionar la mejor opción, pero sí que os puedo prometer que resulta muy útil.
Muchas veces pensamos que reflexionar más nos va a ayudar a tomar el mejor camino, y no siempre es así. En muchas situaciones alargar la decisión no ayuda, nos genera un estado de preocupación y ansiedad innecesario y tenemos la llave para solventarlo.
Mi mayor consejo es que cuando os enfrentéis a una decisión difícil os fijéis un límite para tomarla y lo respetéis. Aunque no tengáis claro cuál es la mejor opción, el simple hecho de decidir va a hacer tu camino más fácil y podrás llegar a ver si estabas en lo cierto o no. Nunca es tarde para rectificar.
LA TÉCNICA 10-10-10
El segundo consejo resulta extremadamente útil a la hora de seleccionar la mejor opción ante una decisión difícil. Si no me equivoco, el método lo diseñó Suzy Welch en su libro (10 minutos, 10 meses, 10 años: una fórmula que transformará tu vida) . No he tenido la oportunidad de leer el libro, sin embargo, he podido probar la efectividad de este método ya que me lo enseñó un gran amigo.
El método consiste en ponerte en situación e imaginar cómo nos sentiremos en 10 minutos, 10 meses y 10 años si tomamos aquella alternativa. Con este método dejamos a un lado el presente y nos vamos al futuro para analizar cuáles serán los resultados y consecuencias de nuestros actos. Así podemos ver con claridad si encajan con nuestras creencias, nuestros valores y con la persona que queremos ser.
Como veis el método es muy sencillo y va muy bien para solucionar aquellas situaciones que nos provocan verdaderos quebraderos de cabeza.
Y vosotros ¿Cómo tomáis las decisiones difíciles? ¡Estaría encantado de leeros!
¡Sed felices!
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