Aleluyas del mal de amor

Julio_2013._Sanabria_408

(Fotografía propia)

Regálame hoy tu risa
para que siga mi vida,
no guardes ese tesoro.
¿No desenvainan el oro
los trigos en su momento?
Y aunque tú no estés atento,
¿no te da la vid el vino?
Yo ya he elegido el camino:
la esperanza de que me ames.
Mas si antes de que me llames
te alejas de mí algún día,
mi alma quedará sin guía,
y mi corazón errante,
consumido de buscarte,
no podrá vivir sin dueño.
Por eso daré mi sueño
a alguien que cerca de ti
pudiera hacerte feliz
con más probabilidad.
Ahora te ruego piedad
mientras decides mi suerte.
No me adelantes la muerte,
que de verte me alimento,
y con tan frugal sustento
voy nutriendo mi creencia
de que con mucha paciencia
conseguiré que tu amor
se rinda como una flor
ante el peso de la nieve.
Y si esto no te conmueve,
es dura tu fortaleza,
pues que ni siquiera empieza
a rendirse a mis lamentos.
Aunque son mis sentimientos
los que me hacen padecer;
que no es tu desinterés
lo que me abrasa en el pecho,
sino la llaga que ha hecho
este amor no agradecido.
Pero mejor que el vacío
prefiero esta combustión.
Pido por esta razón
que no te aparte el cuidado
de pensar que yo a tu lado
sufriré con tu presencia.
Has de saber que tu ausencia
suscita un dolor tan fiero
que ni el mismísimo fuego
podría causar jamás.
Y no mires hacia atrás,
no lamentes que te viera,
pues de una u otra manera
me habría enviado el destino.
Prosigue así tu camino,
sin preocuparte de mí,
yo he decidido vivir
con esta dulce aflicción.
Amar sin correlación
es, sin duda, doloroso,
mas es mucho más penoso
un corazón despoblado,
morir sin haber amado.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now