Trip report con DMT ''la molécula del espíritu''

 

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Anoche, tras una buena tarde en compañía de muy buenos amigos,  llegué a casa, aun bajo los efectos de una microdosis de 1P-LSD que tomé  horas atrás, un químico análogo del famoso ácido lisérgico o LSD y  cuyos efectos son prácticamente idénticos. Continuaba disfrutando de  agradables efectos sensoriales, al mismo tiempo que seguía conversando  con los amigos por las aplicaciones de mensajería del smartphone. El  ambiente era excelente, se transmitía en las conversaciones, y yo viendo  que varios de ellos se animaban a experimentar con DMT, accedí a  acompañarlos uniéndome a la causa , finalizando así un gran día de experimentación a través de sustancias que expanden la conciencia.

 Me preparé una dosis media de DMT para entrar en sintonía con la  sustancia antes de salir catapultado en lo que se conoce como el  breaking through, inhalé, cerré los ojos y en el centro de la visión  apareció una especie de ventana que irradiaba luz, de la cual asomaban  el rostro varias entidades que me animaban a entrar, lo intenté pero me  costaba trabajo deslizarme hacia esa ventana de luz, de pronto recordé  que esa dificultad se debía indudablemente a la dosis, ya que en otras  circunstancias no hubiese tenido problemas para colarme a través de  aquella ventana. 

Volví a cargar el bong con una considerable carga,  pidiendo perdón incluso a mi propia conciencia, por si de alguna manera  estaba siendo imprudente y me estaba excediendo tanto en la cantidad de  la dosis como en el numero de incursiones que llevo a mis espaldas. Volví a inhalar, y como era de esperar con esa dosis comencé a entrar  en trance, de nuevo decidí a cerrar los ojos e inmediatamente toda esa  luz de la ventana se apoderó  de mi. Visualmente se traducía en las  típicas visiones que caracterizan a la DMT, el campo de visión cubierto  por una especie de manto decorado por un engranaje de lo que se conoce  como geometría sagrada, de un aspecto radiante, enérgico y muy colorido.  Sentí como ese manto vibrante de energía se estaba expandiendo dentro  de mi cuerpo, del centro hacia fuera, hasta chocar con las paredes de mi  piel, una energía electrizante tan potente e intensa, que tenía la  sensación de que si se incrementaba tan solo una pizca más la intensidad  acabaría explotando en millones de partículas, un pensamiento quizás un  poco inquietante para gente sin experiencia, pero que en mi caso esa  inquietud se desvanecía en la seguridad de saber que estaba en ”buenas  manos”, por lo que la entrega y confianza por mi parte fue total,  actitud que supone sin duda alguna de una ventaja ante este tipo de  experiencias, permitiendo el acceso a planos más profundos de  existencia, donde tú como observador, te desprendes de todas las capas  de cebolla instaurades en tu mente que no te dejan Ser. 

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Fue un auténtico subidón de energía, como si el universo entero  hubiese entrado dentro de mí, provocara un big bang e inundara con ello  todo mi ser, o quizás era mi verdadero ser, que también es en esencia  ese mismo universo, expandiéndose e iluminando hasta el último rincón de  mi cuerpo, de mi mente, destruyendo y aplastando toda impureza y  cualquier atisbo de oscuridad que se encontrara a su paso, un proceso  claramente reflejado también durante las visiones, en las que en su  parte final, disfruté como un niño viendo como aquel engranaje de luz  arrinconaba y expulsaba entidades oscuras con rostros asustados en una  especie de habitación tenebrosa. Fueron unos quince minutos de una  conexión absoluta con la luz que soy; quince minutos aceptando la  reducción de mi yo a su mínima pero más grande expresión, sintonizándome  con lo esencial en mí, de lo que yo soy, lo que tu también eres, y lo  que nos conecta a todos y al todo, la conciencia cósmica creadora de un  potencial infinito. 

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Ya en la bajada, cuando la intensidad fue bajando y las visuales  fueron desapareciendo, abrí los ojos fascinado buscando alguna mirada  cómplice, estaba claro que no iba a encontrar ninguna, pero era una  forma de decir, ¿¿perdona?? ¿¿Quién eres?? ¿¿Qué eres?? ¿¿ De dónde sale  toda esa magia?? ¿¿Cómo puede existir algo tan increíble que te haga  conectar con esa dimensión tan extraordinaria de la realidad?? Me sentía  eufórico, renacido, muy agradecido y afortunado por tener la  oportunidad de experimentar algo tan increíble; di las gracias en varias  ocasiones, no era capaz de contener esa energía solo internamente así  que tuve que expulsarla de mí, dando las gracias repetidas veces.

 Luego sentí la invitación de salir fuera de casa, a campo abierto,  así que me incorporé sin dudarlo y al salir noté que aun contemplaba  para mi sorpresa algo del poder visionario de la DMT, por lo que pude  disfrutar del manto estrellado de la noche con un toque de esa magia  especial, sintiendo incluso que cuando ponía la mirada sobre alguna  estrella esta me devolvía ”la mirada” haciéndome sentir parte de esa  vibración intensa de minutos atrás, como si esa fuese su forma de  decirme, yo también te veo y te siento.

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En definitiva, fue como en otras ocasiones una noche mágica, una  experiencia maravillosa más allá de las palabras que uno puede utilizar  para describirla, un chute de vida y de conexión con los aspectos mas  simples y reveladores de tu conciencia y de la realidad misma, altamente  recomendable para personas que buscan un equilibrio en sus vidas, o  para quienes buscan explorar la realidad y así mismos de maneras  distinta, para tener una percepción más amplia y encontrar otras maneras  de averiguar de que va todo esto que llamamos vida. Finalmente despedirme y daros las gracias como siempre por haberos  tomado las molestias de invertir vuestro tiempo en leer estas lineas. 

Un fuerte abrazo para todos vosotros.

Este artículo lo publique originalmente en mi propio blog. Si quieres visitarlo puedes acceder aquí.

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