Inocente, aunque con malicia,

buscaba contigo despertar emociones.

Despertar una hombría que yo creía oculta,

experimentar contigo todas mis pasiones.

El día pasaba como cualquier otro,

estaba en tu casa de forma casual.

Me acerqué con la excusa de darte un abrazo,

aunque de la nada te empecé a besar.

Me hallaba confuso, inquieto,

Ardiendo en deseo pero con inseguridad.

Nos miramos, charlamos, aclaramos dudas.

Iniciamos la historia sin conocer el final.

Entre besos apasionados fundimos nuestros pensamientos.

Dimos riendas sueltas a nuestra imaginación.

Mientras te desnudo con torpeza sutil,

aruñas mi espalda llena de emoción.

Tus pechos para mí fueron un deleite,

tus pezones erectos fueron alegría.

Como te perdías ardiendo en deseo,

verte llena de placer lo que me complacía.

De tus pechos a tus muslos, mis manos se trasladaron.

Te acaricie con dulzura, te acaricie cual guitarra.

Te toqué a un ritmo armonioso hallando todos tus acordes,

el gemido de tus labios, la música que escuchaba.

Me adentre en tu isla, la penetre dulcemente,

te sentí tan caliente, me sentí en el paraíso.

Nos movimos suavemente con dificultad y torpeza.

Me movía suavemente mientras perdíamos el juicio.

Intimidad compartida, orgasmos compartidos.

Nos hallábamos desnudos, nos besamos sin conciencia.

Tus manos cual cuerdas rodeando mi cuerpo,

me piden sin cesar que este momento sea eterno.