Verdaderos Siervos

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1°Cor 12:6 “Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo”.

Ud es una obra de arte hecha a mano por Dios. No ha sido fabricado en una línea de producción, ni ensamblado, ni producido en cantidades industriales. Ud es un diseño hecho a medida, una pieza original. Dios deliberadamente lo hizo y lo formó para que le sirviera de una manera, que hace su ministerio único.

Dios no solo lo formó antes que naciera, sino que planeó cada día de su vida, para apoyar su progreso para formarlo. Eso quiere decir que nada de lo que pasa en su vida es irrelevante. Dios usa todo eso para formarlo, para que ministre a otros y para servirlo a Él.

Como actúan los verdaderos siervos?

“Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”

Mt 10:42

Es importante que conozca su forma para que sirva a Dios, pero es mucho más relevante tener corazón de siervo. Los siervos verdaderos están disponibles para servir. Siempre deben estar listos para cumplir con sus deberes. Ser un siervo significa darle a Dios el derecho de controlar su horario y permitirle que lo interrumpa en cualquier momento que lo necesite. Los siervos verdaderos prestan atención a las necesidades. Siempre están mirando las maneras de ayudar a otros. Cuando ven la necesidad, no dejan escapar la oportunidad:

"así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada”.

Rom 12:5-6

Los siervos verdaderos hacen lo mejor con lo que tienen. No tienen excusas, ni postergan ni esperan mejores circunstancias. Solo hacen lo que se requiere. Dios espera que haga lo que pueda con lo que tiene, dondequiera que esté. Los siervos verdaderos cumplen sus tareas con la misma dedicación. Siguen las instrucciones de Col 3:23:

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”

Los siervos verdaderos son fieles a su ministerio. Terminan sus tareas, cumplen con sus responsabilidades, mantienen sus promesas y completan sus compromisos. No dejan el trabajo a medias, ni lo abandonan cuando se desaniman. Son dignos de confianza y responsables.

Mentalidad de siervo

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo”

Fil 2:5

Para ser un siervo debe pensar como siervo. Dios está más interesado en por qué hacemos las cosas, que en lo que hacemos. Los siervos piensan más en otros, que en sí mismos. Se enfocan en los demás, no en ellos mismos. Esto es lo que significa “perder su vida”, olvidándose de ud mismo para servir a otros.

Jesús se despojó de sí mismo tomando forma de siervo.

“sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”

Fil 2:7

No puede ser siervo si está lleno de ud mismo. Sólo cuando nos olvidamos de nosotros mismos, podemos hacer cosas que merecen ser recordadas. Los siervos piensan como mayordomos, no como dueños. Recuerdan que todo le pertenece a Dios. En la Biblia, un mayordomo era un siervo al que se le confiaba una propiedad. El servicio y la mayordomía van juntos, puesto que Dios espera de nosotros, que seamos dignos de confianza en ambos aspectos. La Biblia dice:

“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”.

1°Cor 4:2

Los siervos piensan en su trabajo, no en lo que otros hacen. No comparan, ni critican, ni compiten con otros siervos o ministerios. Están muy ocupados haciendo el trabajo que Dios les asignó. Los siervos verdaderos no se quejan de las injusticias, no viven lamentándose ni se resienten con quienes no están sirviendo. Solo confían en Dios y continúan sirviendo. Los siervos basan su identidad en Cristo. Dado que ellos recuerdan que fueron amados y aceptados por gracia, no tienen que probar su mérito, no se sienten amenazados por tareas “inferiores”. Uno de los ejemplos más conmovedores de servicio, es la imagen misma que Jesús muestra cuando lava los pies a sus discípulos. Los siervos piensan en el ministerio como una oportunidad, no como una obligación. Disfrutan ayudando a la gente, supliendo sus necesidades y realizando su ministerio. Sirven al Señor con regocijo. Sal 100:2

“Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos y ovejas de su prado”.

Amèn .

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