James II: CARENCIAS.

Fuente:

James fue el primogénito de una pareja que se amaba pero que pese a su amor tenían que tomar caminos distintos, el padre tenía sed de éxito y la madre no quería seguir ese camino; esta pareja decidió separarse y James quedó a cargo de su mamá.

Muchos hombres pasaron por la vida de esa madre que se sentía vacía.

Ser madre soltera no era una tarea fácil, está mujer luchaba todos los días para salir a trabajar y poder mantener a James, no eran unas personas acaudaladas.

James creció en aquel pueblito donde vivía, estaba solo, en las noches veía a su mamá agotada y sin ganas de hablar ó jugar con el. Pasaron los años y James estaba flaco, descuidado, con lesiones (llagas) en la piel; necesitaba las atenciones de su mamá que ahora tenía más problemas aparte de mantenerlos, se había encontrado una nueva pareja que solo le traía peleas y vicios a casa.

Por otro lado el papá de James se graduó y con su esfuerzo logró forjarse y tener aquello que tanto anhelaba, éxito; éxito que día a día se acrecentaba formando unas buenas bases. Este hombre consiguió una pareja con quien se casó y tuvo un hijo al que querían y consentían mucho. La nueva esposa del papá no le simpatizaba mucho el pasado de este hombre, James de momento no había sido un estorbo porque se encontraba lejos.

La situación que estaba afrontando James era muy difícil, cada vez tenía más carencias, de amor, cuidos, dedicación. Su padre en vista de todo lo que estaba pasando decidió llevarlo a la ciudad y darle mejor calidad de vida y un futuro.

Aquel chico de pueblito, flaco, de mal hablar y caminar sintió una felicidad extrema de que su padre lo rescatara, era su héroe. James llegó a la ciudad y todo lo que conocía era nuevo para el. Su padre le dijo que estudiaría en un buen colegio y se quedaría en casa de una tía mientras él seguía forjando su éxito.

Fue a visitar doctores para sanar su piel y llevar una alimentación adecuada, lo llevaron a muchos centros comerciales y ya no vestía trapos, usaba zapatos. Lo inscribieron en uno de los mejores colegios, ya no caminaría kilómetros entre la llanura para llegar al colegio del pueblo, ahora lo llevarían en carro a uno de los colegios privados más prestigiosos.

James sonreía pero en su mirada aún había tristeza.