Primeros dos capítulos de mi libro.Contenido sexual, sólo adultos.

Hola! Os presento los primeros dos capítulos de un relato corto que he escrito en diez capítulos. Basado en un hecho real ocurrido en España y Colombia en 2012. Espero lo disfrutéis. Cada semana un capítulo más.

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PRÓLOGO
PERIÓDICO “EL CONFIDENTIALE”

La Policía Nacional detuvo el pasado jueves en Barcelona al director de cine porno Miguel Hernáinz, acusado de prostituir y grabar a menores de edad colombianas en películas que después vendía a través de varias de sus páginas de Internet, con las que obtenía importantes beneficios económicos. Las jóvenes de origen humilde, eran engañadas, ya que se cree que Hernáinz les decía que se trataba de una audición y parece que les proporcionaba documentación falsa para que pudieran pasar por mujeres mayores de edad.

Fuentes de la investigación han informado de que el detenido tenía a la menores grabando películas pornográficas, con diferentes actores masculinos, desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, todos los días, por 700$.

La investigación se inició a finales de 2008 cuando la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT), en colaboración con la Policía Nacional de Colombia e Interpol, detectó una red que se dedicaba a prostituir a adolescentes en el país americano.

La denuncia partió del rector de un instituto de Medellín después de que varios alumnos alertaran de que una compañera, de 16 años, aparecía protagonizando un vídeo pornográfico.

CAPÍTULO 1: EN COLOMBIA

La ciudad de Medellín se percibía como un paisaje deslucido y gris a través de la ventana de Javier. Las luces de la urbe se encendían dando la bienvenida a la luna. Mientras contemplaba las autopistas cargadas de coches, su madre deambulaba por el piso con un cepillo de barrer en la mano. El rostro de Javier mostraba una satisfacción pasmosa fruto de su ascenso como rector en el instituto donde trabaja, y cuando su madre hubo acabado de barrer; se despidió de ella, se puso el pijama y se sentó frente al ordenador. Tras un vago escrutinio escogió videos pornográficos españoles. Eligió una página de internet llamada “miguelhernáinz”: sexo duro a cambio de entre 10 y 75 euros la descarga, donde proliferaban las actrices con aspecto adolescente. Debido a que se hallaba en una noche de celebración, Javier no escatimó en darse un capricho y optó por la descarga más cara.

Una cándida muchacha vestida de colegiala al estilo manga estaba sentada de espaldas a la cámara frente a un profesor. Mientras el actor se desabotonaba lentamente la camisa, Javier imitaba sus gestos, y pensó que el azar le había hecho un regalo por encontrar un video en el que sus fantasías se vieran tan bien reflejadas. El profesor sacudía una regla de madera con una mano y con la otra desnudaba poco a poco a la joven. << Has sido una alumna mala, tengo que castigarte>>, dijo, y empujó a la alumna sobre una mesa, cuyas nalgas se insinuaban mediante una faldita escocesa. El profesor se aflojó el cinturón y azotó los glúteos de la joven con la regla, cuyos jadeos, fueron suficientes para corroborar que se trataba de una mujer colombiana; y éste fue, sin duda, el hecho que más alimentó el acalorado deseo de Javier por masturbarse.

Durante seis minutos el rostro de la joven había sido prácticamente imperceptible; solo su espalda, sus nalgas, su sexo y su boca. La penetración se aceleró, los jadeos aumentaron, y Javier sintió como el camino al clímax se iba acercando, hasta que el semen se extendió por toda su mano. Una vez recobrado el aliento, cogió su camisa del pijama y limpió sus gafas empañadas para poder enterarse del desenlace de la película. La colombiana se incorporó, se abrochó la camisa y se dio la vuelta hacia la cámara dirigiéndose a una puerta. Javier la reconoció inmediatamente, era una alumna de 16 años de su instituto. En ese momento Javier creyó que el destino estaba moviendo las primeras piezas en los prolegómenos de su nuevo cargo, y, tenía la certeza, de que denunciar tales sucesos supondría la culminación de su carrera.

CAPÍTULO 2: EN BARCELONA

Tres años más tarde, en un piso de Barcelona, Susana secaba con un trapo de cocina la ventana empañada por el vapor de una olla hirviendo. Su rostro reflejado en el cristal revelaba la imagen de una mujer de 30 años, hermosa y feliz. Subió el volumen de los altavoces y se abandonó por completo en una danza reggae. Mientras se quitaba el delantal y soltaba su melena castaña, se contoneó sensualmente hacia donde se encontraba Miguel (postergado en un sillón del salón con la mirada perdida en sus pensamientos), alzando su vestido y moviéndolo al ritmo de la música.

Miguel, un hombre de 38 años, moreno y delgado, la sentó sobre sus piernas y la besó apasionadamente. Michelle, tenía tres años, y al percatarse de la escena cariñosa protagonizada por sus progenitores corrió a los brazos de éstos y se unió a una imagen que parecía sacada de un cuento. Pero la armonía familiar se interrumpió cuando el timbre de la puerta comenzó a sonar. La policía detenía a Miguel acusado por inducción a la prostitución, corrupción de menores y falsificación de documentos públicos.

Michelle se aferró a la cintura de su padre y Susana permaneció inmóvil víctima del shock; a quien se le pasó por la cabeza la posibilidad de que les estaban tomando el pelo, pero al final, prevaleció en ella la idea de que aquella situación formaba parte de una realidad sombría que sólo acababa de comenzar. Miguel calmó a su hijo diciéndole que no pasaba nada, que papa pronto estaría en casa; pero al mirar a su pareja su mundo se desestabilizó al comprobar que la mirada de Susana no transmitía la convicción absoluta de que él fuera inocente.

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