[EXPERIENCIAS] La Bitácora Médica

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-Un diario de un viaje no convencional-

Todos tenemos en el subconsciente que viajar se refiere a ir a Roma, a París, a New York. Que a menos que estés montado en una camioneta yendo a la Gran Sabana o mínimo en un peñero hacia Morrocoy, no estás haciendo nada digno de publicar en Instagram.

Mil veces me he sentido así, no crean. Como que estoy haciendo cosas poco interesantes, que mientras otro está recorriendo europa con un morral, yo aquí, en un trabajo normal y sin fotos nuevas. Eso, hasta que me dejé de gafedades y asumí que todo lo que te genere un cambio debe ser considerado como un viaje. Por eso abrí el blog, para publicar los paseos por Caracas, los cursos que podría hacer, las ideas maravillosas de maratones de películas temáticos que hago con mi grupo de amigos queridos, de paseos a museos, de los viajes como todos los conocemos universalmente. Como este blog es un compendio de lo que soy yo, siempre pensé en incluir a la medicina, porque después de tantos años juntas no presentarla es como maleducado, pero no sabía como. Una amiga me dijo que no se me ocurriera dejarla por fuera, pero en verdad no hallaba la manera de mezclarla con viajes y que resultara interesante.

Lo primero que hice fue empezar a escribir cosas que un médico te diría si vas a su consulta para prepararte para un viaje importante. Hay posts sobre vacunas, sobre kits de primeros auxilios, sobre qué hacer si te agarra un desastre y pronto vendrán otros que espero de todo corazón les sean de utilidad. Pero esa sección -que se llama Medicina para Viajar y me encanta- no me pareció suficiente. Cuando empecé a hacer el intento de escribir (sobre cualquier cosa, no solo de viajes) me acordé de cómo siempre los cuentos de la escuela de medicina y el rural acaparaban la atención de mis amigos no-médicos, y quise empezar a transcribirlos.

Dificilísimo.

Lo que me salía fácil y rápidamente en una reunión social se me hacía súper peludo en papel (o computadora, realmente). No sabía cómo traducir lo coloquial en algo que le gente quisiera leer. Hace días publiqué el primero y creo que no me supe explicar bien, pero ya salió. Ya perdí la pena.

¿Por qué lo estoy escribiendo? La carrera es un camino largo que empieza con una decisión, un poco idealista y otro poco ingenua. Haces la maleta con miedo pero con ganas. Como siempre, el viaje empieza con un gentío (todo el mundo tiene mil amigos al principio de la universidad) y termina con unos pocos, tus hermanos, los que se calaron las noches estudiando contigo, los que probaron la comida de tu mamá, con los que te fuiste de viaje y con los que probablemente hiciste rural. Tienes de souvenir todas las anécdotas de los pacientes raros, las noches sin dormir, y la parte nada bonita de los sufrimientos del postgrado y lo mal que te pagan, pero es un viaje que repetirías mil veces -o que nunca se acaba, como quieras verlo-.

La idea con estos posts es atormentar a más amigos con los cuentos de la universidad, del rural, del postgrado. Hablar una vez más de que solo recetamos paracetamol y de que vivimos con sueño, pero con mis personajes de Naiguatá, el sufrimiento del Hospital de Niños y los mil libros que me he tenido que leer pero que ya se me olvidaron. Me encantaría que los leyeran, sobre todo si les interesa el mundo médico ¡Y que me cuenten cosas de sus carreras para entretenerme yo también, que la curiosidad me gana!

El primero que escribí, y que publicaré proximamente, es un monologo sobre por qué decidí meterme a médico. Es algo que nos preguntan mucho y me pareció buena idea empezar por ahí. Si eres de mi gremio y quieres comentar ¡Quiero saber todo lo que piensas!

Como siempre, gracias por acompañarme a todos los viajes.

Un beso,

           Raquel. 

(Este post fue publicado originalmente en mi blog, www.todoesunviaje.wordpress.com, donde pueden ver contenido similar)

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