Confieso
cada vez que te pienso
y al cielo soltar suspiros
como ráfagas al viento.
Confieso mi adicción a tu voz,
a ésa mirada tuya
y tierna qué cautivó
al autor de éste manifestó.
con el verso libre cada vez
que te digo niña cómo te quiero.
Confieso me desvelo
por robarte un beso
y por darte en tus palmas
los aros que quiero.
aunque amargo sabe muy bien,
sólo tu sabrás el hecho.
Confieso qué los más queridos
saben de ti, vamos despacio
y sin prisa pues Dios así lo ha propuesto.
y por una palabra tuya
del azúcar me olvide.
Confieso que la costumbre
es verla a diario a golpe de 3
pupilas dilatadas con algarabía
al ver tu pelo suelto.
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