Una vida satisfactoria

Este post es la continuación de otro anterior titulado Tentaciones

 

Lenguaje simbólico

 
Los relatos que narran las tentaciones de Buda y Jesús muestran una enseñanza expresada en forma metafórico-literaria basada en símbolos porque es la única manera de que pueda tener vigencia universal, atemporal.

El propio Jesús aplicó a sus seguidores esa misma estrategia con las parábolas, una estrategia pedagógica que va dirigida “al individuo”, no a “la masa”. Es por tanto una iniciación, es decir, una enseñanza de “nivel superior”.

Es curioso observar cómo en la tradición oriental se muestra como tentación lo que en la tradición occidental se muestra como parábola.

Me estoy refiriendo a la tentación que superó Buda para no malgastar su vida centrándola únicamente en seguir los convencionalismos sociales.

En el caso de Jesús, muestra esa enseñanza en forma de parábola, cuando explica que “no debemos enterrar nuestros talentos”. También encontramos una lección semejante en el pasaje en el que le dice a una de las hermanas de Lázaro que no repruebe a su hermana por no atender las tareas del hogar, ya que ella ha elegido «la mejor parte» —se encuentra escuchando plácidamente las palabras de Jesús— «y eso nunca le será arrebatado».
 

Lenguaje llano

 
Sea como fuere, esta forma literaria y simbólica empleada tanto en la tradición oriental como en la occidental puede ser adaptada al lenguaje llano y contemporáneo del hombre actual de modo relativamente fácil, ya que en definitiva está mostrando al ser humano —de cualquier época y lugar— qué obstáculos le van a impedir desarrollar sus potencialidades, es decir, la valía única y personal que sólo puede ser fruto de su conciencia individual

En el camino de la vida hay cinco grandes trampas:

• Centrar la vida en poseer bienes materiales y en anhelar placeres sensoriales

• Centrar la vida en la inquietud y la angustia por el temor

• Centrar la vida en seguir los convencionalismos sociales

• Centrar la vida en ejercer dominio sobre otros

• Centrar la vida en perseguir quimeras


Fuente
 

Conclusión

 
En definitiva, el mensaje es sencillo: si uno cae en alguna de esas cinco tentaciones será incapaz de tener una vida satisfactoria.

Por tanto, caer en la tentación es un error porque nos aleja de ese objetivo, y evitarla es un acierto.

No es fácil sortearlas todas, ya que uno puede ver con claridad unas pero no tan claramente otras.

Si tenemos en cuenta que “sortear” y “suerte” tienen la misma raíz semántica, se puede decir que sólo quien las sortea todas tiene la suerte de tener una vida satisfactoria 🙂

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