Amor • Libertad • Perdón

El otro día oí por la radio a una persona que ofreció una interpretación de la parábola del hijo pródigo que me pareció muy interesante.

De modo resumido, el famoso relato bíblico cuenta lo siguiente...

Parábola

 
Un hombre tiene dos hijos y uno le pide la herencia porque quiere vivir su vida en otro lugar. Malgasta la herencia y eso le comporta tener que pasar las peores penurias para sobrevivir. Entonces, un día, arrepentido, decide volver con su padre, que le recibe con alegría y anuncia que va a organizar una fiesta para celebrarlo. El otro hijo recrimina a su padre esa decisión: «Hace muchos años que te sirvo y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca has organizado una fiesta para mí».


Fuente

Interpretación

 
Está planteada como un conflicto clásico entre “amor vs libertad” y la manera de resolverlo introduciendo, de modo muy novedoso para la época, “el perdón”.

Para ello, esta interpretación analiza los elementos que caracterizan las conductas de los tres personajes del relato, el padre y los dos hijos, y los conceptos “amor, libertad y perdón”, tal como se presentan en cada uno de los protagonistas.

El comportamiento del hijo que abandona a su padre está marcado por estos dos elementos: no ama a su padre y cree que es libre.

El comportamiento del hijo que permanece junto a su padre está marcado por estos dos elementos: no es libre y cree que ama a su padre.

Según este análisis, la parábola muestra la debilidad de ambos. La debilidad de uno radica en el hecho de creerse libre sin serlo, ya que no ha conseguido valerse por sí mismo y “ha despilfarrado el dinero”. La debilidad del otro radica en el hecho de creerse “buen hijo” sin serlo, ya que se ha quedado junto a su padre no por amor, sino por “temor a incumplir con la tradición”.

El padre perdona al hijo menor su “falta de amor”, ya que descuidó atender a su padre, y perdona al mayor su “falta de libertad”, ya que se quedó junto a su padre no porque le considerara su padre, sino su amo.

Conclusión

 
El perdón —hacia uno mismo y hacia los demás— es lo que hace posible que seamos libres en los actos concretos de nuestra vida cotidiana. En este relato bíblico, el padre perdona a sus dos hijos y por eso ama y es libre.

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PS. La réplica del padre a la recriminación de su hijo es contundente: «Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo»
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