La pepita crecía sola, era la única colorida en un mundo gris. Pensaba que podía cambiar su entorno si empezaba a tocar todo a su paso...
...Entonces la pepita decidió caer. Mágicamente las hojas grises que adornaban el suelo comenzaron a teñirse de muchos colores. Flores rojas, blanca y moradas adornaron el mundo que antes era solo sombras. El tono gris se rodeó de nuevos matices, pero mantuvo siempre su esencia. Los colores aceptan la diversidad.