"Los amantes separados engañan la ausencia con mil quimeras que tienen, no obstante, su realidad. Se les impide verse, no pueden escribirse; pero tienen una multitud de medios misteriosos de correspondencia. Se envían el canto de los pájaros, el perfume de las flores, la risa de los niños, la luz del sol, los suspiros del viento, los rayos de las estrellas, toda la creación, ¿Y por qué no? Todas las obras de Dios están hechas para servir al amor."
- Victor Hugo, "Los Miserables".
Foto con: Canon PowerShot A2300
¿Por qué solemos pensar que los amores a distancia no tienen nada que ofrecer? ¿Es acaso la falta de elementos tangibles lo que siembra tantas dudas?
A veces le hacemos más caso al cuerpo que al corazón, y olvidamos una de las más grandes realidades: Una de las cosas más tangibles del mundo, es el amor.
El amor es capaz de acortar distancias, disipar dudas, ahuyentar miedos, brindar luz en la oscuridad. Un mensaje, un "pensé en ti", una foto, el recuerdo de una conversación, son elementos capaces de enternecer hasta al corazón más duro.
Somos tan necios que la mayoría de las veces nos cerramos a experiencias maravillosas solo por no poder tocar con las manos, cuando lo importante es sentir con el corazón.
No es necesario tomar a alguien de la mano para quererlo, para necesitarlo, para cuidarlo; la conexión de las almas puede ser tan poderosa como un abrazo.
A pesar de la distancia, puedes ser capaz de marcar un antes y un después en la vida de alguien. Total, si son capaces de ver la misma luna, no deben de estar tan lejos.
Por mi parte, no sé si algún día podré tocar a esa persona con mis propias manos. Pero mientras él siga tocando mi alma con su amor, quiero que me siga llenando la vida de atardeceres.