Un instante de soledad a tu encuentro❤


fotografía: Leonardo Puello

Comenzó el viaje de párpados alados tras un giro de manilla. La puerta se abre y allí estás. Tímido, ansioso. Ambos rotos, cansados, embotados de rutina, dimos rienda suelta al ánimo de recomponer. Nunca han hecho falta palabras para hacer sentir, por lo que colocamos la señal de aprobación al sentimiento genuino y reímos sintiendo el fin del desasosiego y sus mejores aditivos clásicos: mariposas en el estómago, manos sudorosas, sonrisas sísmicas, suspensión del peso corporal...

Libros.
Caminatas.
Música.
Mandarinas.
Capín melao.

Con la rapidez de un niño al comer chocolate (que supera la velocidad de la luz) estamos juntos, tejiendo nido, coloreando el mundo desde una hamaca masalla cósmica, con la única certeza del amor, la misma que nos permite aguzar los sentidos para vivir a plenitud un día a la vez, cada segundo como si fuera el primero y cada minuto como si fuese el último.

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