“LA MANERA COMO ENFRENTAS LAS COSAS HACE LA DIFERENCIA”

Todos, como seres humanos tenemos responsabilidades que cumplir, en casa o fuera de ella. Pero, qué pasa cuando tienes que cumplir con varias al mismo tiempo? Wow! Esto puede ser terrible para nosotros, pues, el cuerpo se cansa y el agotamiento es inevitable, algunos compromisos nos angustian y buscan sacarnos de control.

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Que hago en días como este? Bueno, les cuento. Anoche no logre dormir plácidamente, debido a que mi mamá se puso mal y no pude estar con ella. Hoy, me levanto, doy gracias a Dios por todo y empiezo a cumplir con parte de mi responsabilidad en casa para salir y estar con ella. Salgo, un día terrible, doctores, tratamientos que no se consiguen, exámenes, largas esperas, etc. Todo el día con ella, haciendo una y mil cosas al mismo tiempo, y el cansancio empieza a aparecer con el paso de las horas. Se logra algunas cosas con ella, la dejo en casa y vuelvo a la mía. Bueno, a seguir cumpliendo con el rol de, ama de casa, esposa y madre. Así que, respiro profundo, inhalo, exhalo. Es duro. Pero sin duda alguna, la manera como enfrentas las cosas hace la diferencia, dejarnos llevar por la frustración, el cansancio, el estrés y el mal humor no es la mejor manera, todo se vuelve peor. Por eso, trato, o traté de tomar las cosas con calma, pues a pesar de todo lo vivido durante el día, alguien nos espera en casa. Como siempre, mis hijos corren hasta a mí y se lanzan encima, y bueno, ellos tienen el poder de hacerme sentir mejor con solo oírlos y ver sus sonrisas, y, esté como esté, debo dedicar el tiempo para escuchar lo que quieren contarme, que hicieron durante el día, como se sintieron, reinos, abrazarlos, besarlos, decirles cuanto los amo, como los extrañé y todo eso…… jejeje. Y con buen ánimo!, como si nada más me importara o preocupara, ellos son todo ahora, lo demás puede esperar. Esa es una de las responsabilidades más grandes e importantes en mi vida, y trato de cumplirla de la mejor manera.

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Hay que dedicar el tiempo a cada cosa y hacerlo bien. Con amor, con entusiasmo, con alegría. Si te fijas, haciéndolo así, todo resulta más sencillo y llevadero. Una sonrisa no puede faltar! Poniendo todo en las manos de Dios, dejando que Él tome el control de todo y esperar que las cosas empiecen a andar a nuestro favor. Dios no da cargas que no podamos resistir, los procesos son parte de la vida y Él está siempre dispuesto a escucharnos y a ayudarnos en todo. 

Así que, sea cual sea la responsabilidad que tengas, trata de hacerla de la mejor manera. Desesperarnos y amargarnos no sirve de nada, pero un buen ánimo sí ayuda mucho.

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