Todo comenzó hace 7 meses en un hospital de la ciudad de Caracas, Venezuela (casualmente la ciudad donde nací) gracias a la coordinadora del departamento de radiología de mi universidad, la cual me recomendó ir allí. Ese día me levante muy temprano, ya que vivo a dos horas de allí en un pueblo llamado la victoria ubicado en el estado Aragua; por lo general siempre cuando voy allí suelo tomar un bus desde el terminal de acá que me traslada a los Teques, capital del estado Miranda para luego cambiar de método de transporte algo más rápido, aunque a veces forzado (ya que aquí realmente todo es una travesía)Ya en el metro este por lo general y si no está pesado llega sin problemas a la estación la paz, ya en el dto. capital y muy cerca de mi destino: el hospital, recuerdo haber sentido miedo ya que en mi se escondían muchas inseguridades, ser alguien inexperto en la praxis pues es complicado desenvolverse sin conocimientos prácticos básicos. La universidad siempre ha tenido problemas por esa parte, el departamento de prácticas radiológicas anterior estuvo envuelto en mucha controversia por casos de corrupción interna. Ya estando en la entidad hospitalaria, sentí un éxtasis que nunca había experimentado, ir pero no como un paciente sino como parte del gremio es una sensación magnifica, sentir importancia dentro del status quo, con la disposición de ayudar a quien mas lo necesita, por que ciertamente las personas que acuden a un servicio radiológico (ciertamente donde me desenvuelvo) no se presentan allí porque así lo deseen, presentándose casos como personas heridas de bala, por arma blanca, accidentes automovilísticos y entre otros casos mas bizarros.
Mi madre me acompaño para no sentirme solo, ser un pilar para sentirme mas seguro, su rostro esbozo una sonrisa y sus lagrimas se derramaron de alegría al ver que su hijo daba un paso adelante para crecer como profesional del área medica y lograr mis objetivos, ella siempre ha sido mi apoyo, soy su único hijo se podrán imaginar cómo se le habrá crecido el corazón de tanto jubilo al ver mis logros. Me dejo en la puerta del área de emergencia, me dio un cálido abrazo, me beso la mejilla y me deseo mucha suerte y éxitos.
Por primera vez me sentí tanto miedo y expectativa pues sinceramente no poseía mucho soporte teórico tampoco pero aun así ingrese y afronte mi camino hacia un aprendizaje mas completo y alimentar mi vida de exquisitas experiencias.