Hoy quiero compartir con ustedes, una hermosa reflexión que trata como debemos valorar el tiempo:
Para comprender el valor de una hermana, pregúntale a alguien que no tiene una.
Para comprender el valor de 10 años, pregúntale a una pareja recién divorciada.
Para comprender el valor de 4 años, pregúntale a un recién graduado.
Para comprender el valor de 1 año, pregúntale a un estudiante que fracasó en su examen final.
Para comprender el valor de 9 meses, pregúntale a una madre que acaba de dar a luz un niño.
Para comprender el valor de 1 mes, pregúntale a una madre que acaba de dar a luz un bebé prematuro.
Para comprender el valor de 1 semana, pregúntale a un editor de un periódico semanal.
Para comprender el valor de 1 minuto, pregúntale a alguien que ha perdido el tren, el autobus o un avión.
Para comprender el valor de 1 segundo, pregúntale a alguien que haya sobrevivido un accidente. El tiempo no espera por nadie.
Atesora cada momento que tienes.
Por eso la Biblia dice: "aprovechando bien el tiempo porque los días son malos" efesios 5:16.
Es importante resaltar la necesidad que tiene el ser humano de comprender y por lo tanto de contar con una hipótesis sobre cualquier acontecimiento. Ante cualquier mensaje o situación realizamos una interpretación, la más adecuada y acorde posible a los datos disponibles en ese momento. Esto no quiere decir que sea la "correcta" pero si es suficiente para saciar nuestra necesidad de interpretar la realidad que nos rodea.