Saludos cordiales a todos los Steem-mados amigos que han tenido la bondad de venir a leerme, muchas gracias por ello. Cuando criamos a nuestros hijos, por su sano desarrollo, solemos prestar atención a la alimentación, la educación, la higiene y demás aspectos, pero muy pocos toman en cuenta que el ambiente auditivo influye de manera directa en el crecimiento intelectual, psicológico y espiritual de los niños, influyendo entonces en el aspecto físico. En el presente ensayo desarrollo un poco este tema para el manejo y entendimiento de los lectores.
En los primeros meses de vida de un bebé, cuando aún está en el vientre de su madre, se encuentra en un estado de reposo y oscuridad, sus complejos sentidos apenas se están preparando para percibir y entender el nuevo mundo que vivirá, por lo que el desarrollo de éstos tomará un tiempo prudencial que demorará incluso hasta después de nacer. La visión por ejemplo, debe superar muchos procesos antes de que un bebé pueda diferenciar el rostro de su madre al de cualquier objeto, así como la percepción de la profundidad y del movimiento. El tacto se agudizará en la misma medida que el bebé vaya adquiriendo destrezas motoras, y el gusto también deberá aguardar, primero a que se desarrolle el olfato y luego a que el infante ingiera comidas con distintos sabores.
Pero haciendo referencia al dispositivo de audición en el ser humano, hay que comprender que éste es el primero y el más usado por el infante para percibir y comprender el mundo que lo rodea. Por lo que, todo lo que el infante oiga inclusive desde el vientre de la madre influirá de manera directa en su crecimiento intelectual y espiritual. Es por ello que criar a un niño sordo representa un reto mayor, sin embargo hay que entender que a los sordos se les dificulta la capacidad de discriminar mas no de percibir los sonidos (el oído no es el único capaz de percibir ondas sonoras), así que el ambiente sonoro es igual de importante para un niño con discapacidad auditiva.
El hecho de que la percepción y discriminación de los sonidos sea la primera habilidad que se desarrolla en el ser humano, hace que todo niño posea una personalidad auditiva. Es por eso que el infante puede retener lo que oye mientras juega o realiza cualquier otra actividad, y esa es la explicación al sorprendente hecho de que un hijo recuerde una conversación de los padres cuando parecía que no prestaba atención a lo que decían, de hecho, un niño es capaz de percibir y diferenciar sonidos aún mientras duerme.
El silencio total no es bueno.
Un ejemplo de ambiente ideal es una casa cercana al campo, donde se puedan escuchar los sonidos de las aves, el viento, las ramas de los árboles, la lluvia, etc.
El desarrollo del lenguaje y el habla
Es importante no excluir a los niños de las conversaciones entre adultos, que el niño presencie o participe en pláticas con mayores le ayuda a perfeccionar el uso del lenguaje y contribuye a que más adelante pueda desenvolverse e interactuar en sociedad sin dificultades de habla ni complejos.
La agresión auditiva
El hecho de ser el oído el medio más usado por los niños para percibir el mundo, hace que este sea muy sensible y vulnerable. Constantes sonidos fuertes y violentos pueden tener consecuencias importantes en la conducta y el autoestima de los pequeños, conviene cuidar al infante de la violencia auditiva, evitando los gritos y la exposición a ruidos estridentes.
Muchas teorías han surgido respecto a la influencia de la música en el infante, desde el efecto mozart hasta las consecuencias del reggaetón, pero más importante que la música que se le proporcione al niño es la diversidad de la misma. Escuchar diferentes tipos de géneros permite experimentar distintos tipos de ritmos, sonidos, velocidades, colores e intensidades, que contribuyen en la creatividad y al pensamiento plural del individuo.
Si es su intención que el niño tenga cualidades para la música, entre tantas otras cosas, puede cantar con él la música que oye, durante y después de oírlas, esto hará que el niño adquiera la costumbre de imitar los sonidos que oye y este ejercicio le dará habilidades cognitivas para la música.
Se trata entonces de la búsqueda y de la necesidad de propiciar al niño diferentes experiencias y ambientes donde pueda percibir sonidos que le contribuyan con el desarrollo de su lenguaje y su intelecto.